Los Mossos d’Esquadra han desalojado a once familias de un bloque de pisos que hay en la calle Bellaire, a las puertas del Barri Vell de Girona, este martes por la mañana.

Se trata de un edificio de 16 pisos cuya propiedad está dividida entre dos titulares. Uno de los titulares es quien ha ejecutado el desahucio de las once familias, mientras que los otros cinco pisos que también están ocupados carecen de fecha de desalojo. Servicios Sociales ofreció un alojamiento temporal a tres familias que tienen un informe de vulnerabilidad.

Las otras ocho se han quedado en la calle. El Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya critican que se eche a la gente para destinar los pisos a apartamentos turísticos.

Un amplio dispositivo policial ha blindado la calle de Bellaire de Girona desde primera hora de la mañana de este martes. Los primeros furgones han llegado a las cinco y media de la madrugada y se han sumado una decena para garantizar el desalojo de un bloque ocupado.

Desalojo de familias en Girona este martes.
Desalojo de familias en Girona este martes.ACN / Aleix Freixas
Se trata de un edificio que según el Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya tiene licencia de uso turístico y, por tanto, critican que se eche a personas que no tienen recursos para pagar un piso para destinarlo a apartamentos.

La propiedad está dividida entre dos titulares. En total suman dieciséis pisos, pero sólo uno de ellos ha sacado adelante el proceso judicial para echar a las familias que vivían allí sin contrato de alquiler. Por este motivo, este martes se ha expulsado a once familias de las dieciséis que hay.

Algunas familias se encuentran en situación vulnerable y tienen hijos, lo que les ha permitido que el Ayuntamiento de Girona les ofrezca un alojamiento temporal en un albergue mientras no encuentran una salida definitiva.

Una de estas personas es Desiré, es madre de tres hijos. Explica que ya habían detenido el desalojo en otras dos ocasiones pero en este caso, los abogados les daban largas y finalmente han visto que desde primera hora de la mañana los Mossos d’Esquadra preparaban un dispositivo para echarlos.

Vivir con Angustia y ansiedad
El viernes de la semana pasada ya acudieron unos agentes para avisar de que los desalojarían. Ellos han persistido hasta este martes con la esperanza de que quizás detendrían el proceso. Desiré asegura que vive con “angustia y ansiedad” todo el proceso, sobre todo por sus hijos. “No deseo a nadie que tengan que pasar por algo similar”.

Ahora asegura que buscará un piso compartido, pero mientras tanto se trasladará al albergue que le ha ofrecido el Ayuntamiento de Girona. Igual que Desiré hay otras dos familias que tendrán un techo garantizado para pasar la noche de este martes. El resto, tendrán que buscar amigos y familias que les ofrezcan un lugar donde dormir.

Fuera del circuito de los servicios sociales
El Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya lamenta que la mayoría de las familias que han sido desalojadas han decidido no acudir a los servicios sociales del Ayuntamiento de Girona porque se sienten “maltratadas” por el hecho de ser migrantes. El sindicato critica la “racialización” que sufren los migrantes por parte de las administraciones y también de las inmobiliarias, que les niegan los alquileres de los pisos pese a tener contratos laborales.

El bloque de Bellaire fue ocupado hace cuatro años. Para entrar, las familias aseguran que tuvieron que pagar entre 1.500 y 3.000 euros para que quienes habían entrado dentro de los pisos y cambiado las cerraduras les dieran las llaves nuevas.

El dispositivo policial acabó con un detenido porque los Mossos d’Esquadra encontraron una plantación de marihuana en uno de los pisos que desalojaron este martes. El hombre está detenido por un delito contra la salud pública.