El PSOE y sus socios parlamentarios han defendido la toma en consideración de una proposición de ley socialista para disolver las asociaciones que hagan “apología del franquismo” y a la vez “humillen” a sus víctimas, en especial la Fundación Francisco Franco como así lo acotó el Gobierno en la Ley de Memoria Democrática de 2022. Y la iniciativa ha salido adelante con el apoyo mayoritario de la cámara (314 votos), incluido el PP, frente a 33 votos que han reflejado el rechazo de Vox.

El encargado de exponer la ley, el socialista Díaz Marín, ha resaltado que el “inconcluso régimen de la Transición” sigue interpelando para “reparar a quienes dieron su vida por la democracia”. Y lo ha hecho retando a PP y Vox a decir si estaban “a favor o en contra de la apología del franquismo”.

La medida ha sido rechazada por los de Santiago Abascal, que han atribuido al PSOE una “obsesión por el franquismo” que los lleva a querer “privilegiar a unas víctimas” mientras “ignoran” a otras por su “sectarismo ideológico”. Y según ha declamado el diputado Ignacio Hoces, la única intención del partido ultra en este debate ha sido dejar claro que solo contemplan “dar sepultura digna a todos los muertos de la última contienda civil. Por eso nos negamos a que la única memoria que sea válida en esta nación sea la memoria del Partido Socialista que, entre otras cuestiones, fue responsable directo del estallido de la Guerra Civil de 1936”.

Ese intento por igualar a todas las víctimas mediante la “exaltación del franquismo”, ha sido duramente criticado por los portavoces del BNG, Néstor Rego, de Podemos, Martina Velarde, de EH Bildu, Jon Iñarritu, o de ERC, Pilar Vallugera, quienes incluso han afead que la Presidencia permitiera el discurso de Hoces.

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Otra cosa ha sido la respuesta del PP, cuya intervención ha estado marcada por el grosero error que han reconocido haber cometido en la reforma que convalida las penas de los presos de ETA en Francia. La intervención de Jaime Olano, de hecho, ha tenido muy poco que ver con el tema de las asociaciones. El diputado popular se ha mostrado mucho más interesado en hablar de la investigación judicial abierta contra Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, o en disertar sobre las alianzas y pactos en algunas votaciones del PSOE, especialmente con EH Bildu.

Aunque, tras acusar al PSOE de “estercolero” y ser amonestado por la Presidencia de la Cámara por no estar ajustándose al reglamento, ha defendido su posicionamiento contrario a cualquier dictadura. Pero como la idea era cargar a toda costa contra el PSOE, ha acusado a los socialistas por “convertir a Franco en un comodín”: “Es muy valiente con dictadores muertos pero no se atreve con los vivos”, ha reprochado Olano en referencia al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y a las recientes manifestaciones en favor de islamistas y en contra de Israel.

Con los apoyos del bloque de la investidura, la iniciativa ha el primer filtro del Congreso de los Diputados, a pesar de que sus socios le han exigido más valentía y firmeza con las políticas de memoria y de que ERC y Junts le han avisado de que una ley no basta para disolver la Fundación Francisco Franco porque luego los jueces la aplicarán “como les da la gana”, como en el caso de la amnistía.

Pero los populares prometen dar la batalla ya que han anunciado una larga batería de enmiendas para acotar muy bien los límites de las prohibiciones.

El caso de la Fundación Franco
Al margen de esta reforma legal, que no menciona expresamente a la Fundación Nacional Francisco Franco, el Gobierno inició en junio el proceso para extinguir esta fundación, empleando otro punto de la ley de memoria, que recoge la posibilidad de pedir a un juez la extinción de una fundación contraria al interés general y cita como causa la apología del franquismo.