Cuatro migrantes murieron ayer cuando trataban de cruzar el canal de la Mancha para llegar a las costas británicas a bordo de dos embarcaciones. Todos ellos pudieron fallecer por las brutales condiciones de navegación en dos barcas atestadas de personas. De hecho, una de las víctimas mortales es un niñó de solo dos años que, según la primera investigación de la Fiscalía de Boulogne-sur-Mer, falleció «aplastado».

Las otras tres víctimas son adultos que viajaban en la otra patera. Ambas se habían echado a la mar en la región de Pas-de-Cale, en el norte de Francia. La llamada de emergencia de uno de los migrantes movilizó de inmediato a los equipos de rescate, que trasladaron además a un herido en helicóptero al hospital. Un mercante galo participó en la operación y recogió a catorce personas, incluidas las fallecidas.

El ministro de Interior, Bruno Retailleau, se hizo eco del «espantoso» incidente. «Los traficantes de personas tienen la sangre de estas personas en sus manos y nuestro Gobierno intensificará la lucha contra estas bandas que se enriquecen organizando travesías mortales», declaró. Este año 47 migrantes han fallecido en el canal mientras intentaban llegar al Reino Unido desde la costa gala.