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Dejar atrás los encontronazos y roces que en los últimos años han marcado las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) por culpa del brexit. A esto se comprometieron el primer ministro británico, Keir Starmer; y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quienes acordaron avanzar «con ritmo acelerado» en una «cooperación reforzada» en áreas como la seguridad o la energía.

Starmer, quien este miércoles se convirtió en el primer inquilino del 10 de Downing Street en visitar Bruselas en casi un lustro, aseguró que el «pragmatismo» y «respeto» guiará su política hacia los Veintisiete y reiteró que quiere acercarse a ellos, pero sin que eso implique cruzar «líneas rojas» como volver a la libertad de personas ni al mercado común.

«Quiero hacer que el brexit funcione y […] encontrar formas de impulsar el crecimiento económico, fortalecer nuestra seguridad y abordar desafíos compartidos como la migración irregular y el cambio climático», declaró el premier.

El primer ministro Keir Starmer en una imagen de archivo.
Starmer sufre su primera deserción a menos de tres meses de ganar las generales
Juan Francisco Alonso

La presidenta de la Comisión tomó nota del cambio de tono de Londres y también se mostró dispuesta a «explorar nuevas vías para una mayor cooperación». Sin embargo, recordó que el Acuerdo de Salida, el llamado Marco Windsor y el Tratado de Libre Comercio y Cooperación entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) siguen sin aplicarse plenamente, porque desde el lado británico han pospuesto la entrada en vigor de algunas disposiciones, sobre todo las relacionadas con controles sanitarios y aduaneros.

Starmer y Von der Leyen anunciaron que se volverán a ver este otoño, como paso previo una cumbre bilateral que se celebrará a principios del 2025.

Las líneas rojas trazadas por Starmer, quien teme reavivar el debate del brexit si se acerca mucho a la UE, dificultan cualquier acercamiento. Así lo reconoció el propio premier laborista, quien no obstante prometió que «buscará maneras de conseguir resultados constructivos» y descartó volver a la política del «megáfono» que caracterizó a las gestiones de Boris Johnson y Liz Truss.

Bruselas ofreció a Londres un acuerdo que permita a los jóvenes británicos y europeos desplazarse entre ambas orillas del Canal de La Mancha para estudiar y trabajar. La idea no agradó a los laboristas, que también quieren reducir la inmigración.

El Parlamento investiga al empresario que donó miles de euros en ropa al «premier»
El nombre del acaudalado empresario británico Waheed Alli vuelve a figurar en los titulares, aunque esta vez no por las generosas donaciones en ropa y entradas para eventos deportivos y musicales que ha hecho al primer ministro Keir Starmer. Este millonario, quien también es miembro de la Cámara de los Lores, está siendo investigado por la Comisión de Estándares del Parlamento por no informar de todos sus intereses empresariales, según reveló la instancia parlamentaria.

En las últimas semanas, Alli ha estado en el centro de la polémica luego de que se revelara que le regaló a Starmer trajes y accesorios por valor de 32.000 libras (38.400 euros) antes de las elecciones generales, mientras que también pagó miles de libras más para vestir a la esposa del mandatario, Victoria.

Alli, quien es propietario y accionista de varias productoras de televisión en el Reino Unido y tiene una fortuna estimada en más de 200 millones de libras (240 millones de euros), es un reconocido donante del Partido Laborista y, gracias al apoyo de esta formación, logró ser nombrado lord en 1998. Este miércoles, Keir Starmer anunció que pagará de su bolsillo 6.000 libras (7.200 euros) que recibió en regalos del empresario.