Opinión
«Fuera to»
A la última · El fútbol es un deporte, no una terapia contra la frustración, pero explícale tú eso al que grita
Diario Vasco, , 03-10-2024l fútbol y al básquet se va a gritar y desahogarse. Así se han educado generaciones de aficionados. Los ciudadanos respetables perdían la compostura en el estadio el domingo y los lunes se comentaba en las tertulias cómo lanzaban sapos y culebras por esa boquita el secretario, el director general y el jefe de servicio. Recuerdo los insultos a coro («¡negro, negro, negro, maricón!») a un pívot contrario en cuanto saltaba a la cancha o cómo un pabellón entero gritaba «pensionista» al veterano alero Josep María Margall. Y no pasaba nada, era lo normal, como si el pagar una entrada incluyera el derecho al racismo, la homofobia y el edadismo.
Tenía un vecino de asiento que, en cuanto los futbolistas sacaban de centro, empezaba a bramar enojado: «Fuera, fuera, fuera». Era un grito cadencioso. Lo repetía cada minuto, independientemente de lo que pasara en el césped, sin importarle si ganábamos o perdíamos. Intrigado, me atreví a preguntarle por el motivo de su exaltación. «¿Pero fuera qué?». Y él me respondió recordándome aquel ‘Panfleto contra el todo’ de Fernando Savater: «Fuera to».
Había otro aficionado que, a cada rato, gritaba de manera insensata: «¡Joputa!». Soltaba sus denuestos sin venir mucho a cuento pues no nos habían pitado ningún penalti ni nos habían anulado ningún gol. También me interesé por el destinatario de sus «joputas» y me respondió furibundo: «¿Qué más da quién? Joputa, joputa y joputa». De lo que se deduce que, en un país educado en el fútbol como desahogo airado contra el mundo, va a ser difícil acabar con el fenómeno ultra. El fútbol es un deporte, no una terapia contra la frustración, pero explícale tú eso al que grita: «Fuera to, joputa».
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