Como pronosticaban todos los expertos en emergencias, las llegadas de cayucos a Canarias se han disparado durante la segunda quincena de septiembre, dando por inaugurada la temporada del año —que se alargará hasta enero, al menos— más proclive a la buena navegabilidad. Así lo ha confirmado el último balance del Ministerio del Interior, en el que se registra que 4.050 personas alcanzaron el archipiélago en los últimos 15 días del mes, después de un verano de récord con 6.267 llegadas en los meses de julio y agosto desde las costas africanas. Fuentes policiales confirman a La Vanguardia que los malienses se han consolidado como el grupo mayoritario de los que tratan de alcanzar las islas, superando a marroquíes, senegaleses y mauritanos.

Tras una primera mitad de mes de septiembre en la que el ritmo se había ralentizado, con 1.234 llegadas, el mes se ha cerrado con 5.284. Así, en lo que llevamos de año han alcanzado las costas de Canarias 30.808 personas en 464 embarcaciones, mientras que en los primeros nueve meses de 2023 lo hicieron 14.976. Más del doble. Y los mismos expertos que pronosticaban que la ruta se dispararía con la llegada del otoño, también avisan: lo peor está por llegar en el último trimestre del año. Antes de que se conocieran estos datos, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, ha señalado en Ginebra que, si la proyección continúa, las islas podrían superar este año el récord de llegadas irregulares de inmigrantes de 2023 (39.910) y alcanzar las 50.000.

Según denuncia el gobierno autonómico, los recursos de acogida están al borde de la saturación, pese a que el gobierno central está convencido de que el sistema integral de derivación de migrantes adultos a la península evitará imágenes de colapso. Otra situación, bien distinta, es la que se vive con los menores no acompañados, ante la incapacidad de lograr un acuerdo político para redistribuirlos entre el resto de regiones. El gobierno de Clavijo, que ha sufrido dos reveses judiciales en los últimos días por sus recetas para hacer frente a la crisis migratoria, asegura que tiene bajo su tutela a más de 5.500 niños y adolescentes sin amparo familiar.

La ruta canaria, convertida en la vía de acceso irregular a Europa que más crece, supone un 72% de las entradas en España, en un momento en el que Marruecos sigue taponando, en gran medida, el norte del país. En ese cómputo general, las llegadas irregulares a España siguen creciendo un 59% con 42.231 entradas, frente a las 26.540 de 2023. La ruta Argelina, que tiene como destino Andalucía oriental y las costas de la Comunidad Valenciana y Baleares ha experimentado un leve descenso. A través de esta vía han llegado 9.224 migrantes en lo que llevamos de año, en su mayoría argelinos. Un 12% menos que el pasado año, hasta el 30 de septiembre.

Las vallas de Ceuta y Melilla permanecen sin grandes saltos masivos este 2024. En los últimos grandes intentos, convocados a través de redes sociales, Marruecos demostró a España quién es quien controla la frontera, reprimiendo con dureza policial a las personas que se concentraron para tratar de cruzar a España. Un aviso a navegantes que fue perfectamente leído por el Gobierno de Pedro Sánchez, según apuntan fuentes ministeriales. No obstante, las llegadas por vía terrestre a Ceuta han pasado de 775 a 2.092 en lo que llevamos de año, debido a que Interior contabiliza de esta forma los acceso a nado a la ciudad autónoma, una práctica que se ha convertido en habitual, aunque sea a cuenta gotas, desde el pasado verano.