Moustafá ha compartido alojamiento durante el último mes con otros 4 centro africanos en un piso del Segundo Ensanche de Pamplona. Uno de ellos es Caramba, de 30 años, quien apunta que en Senegal, además de comerciante, era voluntario de Cruz Roja. Otro compatriota es Zacob Güeye, de 19 años, quien ha pasado de jugar en el BCM de MBour, de Senegal, a entrenar desde el pasado miércoles como pivote en el Ardoi, de Zizur. Sus buenos reflejos y su altura, 2.05, son sus mejores credenciales. «Estoy muy contento de poder jugar aquí, lo necesitaba», decía ayer en la sede de la Cruz Roja.

Zacob es el único que por ahora tiene pensado quedarse en Navarra. Sobre el futuro asegura ser consciente de que tiene una orden de expulsión, pero espera que no se ejecute. «Me gustaría trabajar aquí, y cuando tenga papeles, volver a mi país para ver a mi familia, y después volver aquí a trabajar». Hace apenas dos meses que salió de Senegal. De momento, a no ser que haya antes otra regularización extraordinaria, le quedan al menos tres años para el permiso de residencia por arraigo.