Austria vota con la ultraderecha al alza y un canciller conservador a la vista
El partido de extrema derecha FPÖ lidera los sondeos, pero todo apunta a que el ÖVP de Karl Nehammer seguirá gobernando
La Vanguardia, , 30-09-2024Los austriacos acuden este domingo a unas elecciones en las que el conservador Partido Popular Austriaco (ÖVP), omnipresente en las coaliciones del gobierno federal desde 1987, pugna por arrebatar a la extrema derecha la primera plaza que le asignan los sondeos. El ultra Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) supera al ÖVP por solo un punto (el 26% frente al 25%) en las encuestas, por lo que no es descartable un vuelco en las urnas que otorgue el triunfo a los conservadores.
Tras meses en que el partido liderado por el adusto Herbert Kickl cabalgaba con holgura en popularidad explotando sus temas clásicos (no a la inmigración y al islam, sí a la amistad con Rusia), el canciller conservador, Karl Nehammer, un hombre tenido por gris que llegó a la cancillería de rebote y se somete ahora por primera vez al veredicto de la ciudadanía, ha ido recortando distancias gracias a su eficiente actuación durante las inundaciones en el land de Baja Austria.
Sus socios de gobierno, Los Verdes, puntúan al 8% en sondeos, mientras que el rival SPÖ (Partido Socialdemócrata de Austria) quedará seguramente tercero con el 21%. Los colegios electorales abren a las 6.45 horas y cierran a las 17 horas.
De todos modos, obtenga quien obtenga el primer puesto en estas elecciones, los votantes austriacos (están llamados a las urnas 6,3 millones de ciudadanos de una población de 9 millones de habitantes) ya asumen qué partido acabará encabezando el futuro gobierno de coalición: el mismo que encabeza el actual, el ÖVP. Todo apunta en esa dirección, y quizá por eso los conservadores, aun peleando por adelantar a la ultraderecha y quedar primeros, se mostraban optimistas en el cierre de campaña el viernes ante la sede del partido en Viena.
“Nosotros no vivimos de los problemas, nosotros los solucionamos”, proclamó en el escenario el canciller Nehammer en alusión a la retórica apocalíptica del FPÖ, formación con la que, aspavientos aparte, su partido ha pactado gobiernos en tres ocasiones. En Austria, los conservadores no aplican cordón sanitario a la extrema derecha como sus correligionarios en Alemania, y tampoco Nehammer va a aplicarlo ahora.
Pero el perfil del actual líder del FPÖ resulta esta vez demasiado abrasivo para los conservadores. Herbert Kickl, presidente del FPÖ desde el 2021, es un político ultra particularmente bronco y extremista, que comulga con el movimiento identitario (ultranacionalismo étnico de extrema derecha) y con su concepto de remigración (obligar a la población de origen extranjero a abandonar el país), y que ha tenido palabras de comprensión para las SA nazis. El FPÖ aboga por suspender el derecho de asilo mediante una “ley de emergencia” y quiere limitar a mínimos la asistencia médica a refugiados.
El conservador Karl Nehammer está dispuesto a pactar gobierno con los ultras si su muy extremista líder Kickl no participa
Ya ahora, Austria dista de ser un país acogedor para la migración, con una política restrictiva que los conservadores defienden desde el gobierno, y que sus socios verdes han tenido que tragar. Ejemplo: las naturalizaciones. Según Eurostat, en Austria sólo 1,2 de cada 100 residentes extranjeros obtuvieron la nacionalidad en el 2022, frente a los 2,2 de media de la UE. Las leyes se han endurecido hasta tal punto que incluso los nacidos en Austria continúan siendo extranjeros, y cada vez menos residentes pueden votar.
“Nosotros no excluimos por adelantado a ningún partido que está en el Parlamento –reiteró el viernes el conservador Nehammer–, pero he aclarado con quién no sería posible formar un gobierno responsable y sostenible; el actual líder del FPÖ no cumple estos criterios, por eso lo excluyo”. Atención: Herbert Kickl fue ministro del Interior –la cartera preferida de todas las ultraderechas– de diciembre del 2017 a mayo de 2019, en el Gobierno de conservadores y ultras del canciller Sebastian Kurz.
VIENNA, AUSTRIA – SEPTEMBER 26: (L-R) Austrian Vice Chancellor and lead candidate of the Greens Party Werner Kogler, lead candidate of the Austrian Social Democratic Party (SPOe) Andreas Babler, Austrian Chancellor and member of the Austria People’s Party (OeVP) Karl Nehammer, lead candidate of the far-right Austria Freedom Party (FPOe)Herbert Kickl and Lead candidate of the NEOS Beate Meinl-Reisinger arrive at OeRF studios to face off in a television debate ahead of Austrian parliamentary elections on September 26, 2024 in Vienna, Austria. Austria is scheduled to hold elections to its National Council (Nationalrat) on September 29. So far the far-right FPOe is ahead in polls by a large margin. (Photo by Christian Bruna/Getty Images)
El vicecanciller Werner Kogler (verde), Andreas Babler (socialdemócrata), el canciller Karl Nehammer (conservador), Herbert Kickl (ultraderechista) y Beate Meinl-Reisinger (liberal), en la TV CHRISTIAN BRUNA /Getty
Karl Nehammer dice que Herbert Kickl es “un peligro para la seguridad de Austria”. El FPÖ, que ni después del inicio de la invasión rusa de Ucrania oculta su simpatía por las políticas reaccionarias de Vladímir Putin, había firmado en el 2016 un acuerdo de colaboración con su partido, Rusia Unida. Cuando Kickl era ministro del Interior, intentó ejercer un mayor control sobre los servicios de inteligencia de Austria, lo cual generó preocupación en países occidentales por posibles filtraciones de información sensible a Rusia.
Pero quizá la imagen más llamativa de esta inclinación prorrusa sea la de Karin Kneissl –luego ministra de Exteriores por designación del FPÖ- bailando en el 2018 con Putin en su boda en Austria. Kneissel vive ahora en San Petersburgo, donde dirige un think tank.
Según los analistas, una victoria in extremis de los conservadores incrementa la probabilidad de una coalición ÖVP-FPÖ, pues a Nehammer le sería más fácil exigir que Kickl no forme parte del Gobierno. En cambio, una victoria ajustada del FPÖ podría conducir a una coalición tripartita del ÖVP con los socialdemócratas y con los liberales del partido NEOS, que en sondeos tiene ahora el 12%. Este inusual combinado sería además la primera coalición tripartita de la historia en Austria.
Los conservadores, en el poder desde 1987, han gobernado con los ultras como socio menor o en ejecutivos encabezados por los socialdemócratas. El SPÖ, tercero en liza en esta cita electoral, tiene un líder que no despierta entusiasmo, Andreas Babler.
El ultra Herbert Kickl reivindicó el viernes en su cierre de campaña el objetivo de “ser la primera fuerza, llegar a la cancillería”, y ha dicho varias veces que sería antidemocrático que no se le pidiera formar gobierno si gana.
El partido democristiano ÖVP está en las coaliciones de gobierno desde 1987; ahora podría incluso liderar un tripartito con socialdemócratas y liberales
Corresponde al presidente de la República hacer esa petición, y normalmente es el partido más votado quien recibe la llamada de encargo. Pero el actual jefe del Estado, Alexander Van der Bellen, ex líder ecologista, ya ha expresado sus reservas sobre el FPÖ en general y sobre Kickl en particular, señalando que la Constitución no le obliga a pedir al ganador que intente formar gobierno. “Es una práctica establecida, pero que yo sepa no está en la Constitución”, dijo el año pasado.
Alcanzar un acuerdo de coalición, con todos los detalles, suele llevar más de dos meses. Las quinielas temporales en Austria dicen que si se trata de una alianza ÖVP-FPÖ, incluso con el expediente Kickl a solventar, iría relativamente rápido. Pero si se los resultados llevan hacia un tripartito, será más difícil de negociar los puntos de acuerdo y bien podría no haber gobierno hasta enero. Liderado, eso sí, con casi total seguridad, por el actual canciller conservador Karl Nehammer.
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