Harris promete expulsiones inmediatas y más restricciones de asilo en su primera visita a la frontera en campaña
La vicepresidenta endurece su discurso migratorio: “Aquellos que crucen las fronteras ilegalmente, serán detenidos y expulsados, y se les prohibirá la entrada durante cinco años. Vamos a aplicar cargos más severos contra los reincidentes”
La Vanguardia, , 30-09-2024Junto a un cartel en el que se leía “seguridad y estabilidad fronterizas”, la vicepresidenta Kamala Harris ha vendido al pueblo estadounidense una política migratoria muy alejada de la que defendió hace cuatro años, cuando compitió contra Joe Biden en las primarias demócratas con mensajes contra la criminalización y a favor de un sistema migratorio “más humano”. En su primer viaje a la frontera en tres años, ha prometido que si gana las elecciones aplicará una regulación más restrictiva que la actual Administración, de la que forma parte, durante la que se han cumplido año tras año nuevos récords de detenciones de inmigrantes indocumentados en las puertas de entrada a Estados Unidos desde México.
Desde la localidad de Douglas (Arizona), tras ser presentada por la madre de una víctima de sobredosis de fentanilo, Harris ha anunciado que no solo quiere mantener en pie la orden ejecutiva aprobada en junio que permite al presidente suspender las solicitudes de asilo cuando la frontera se encuentre “saturada” (con más de 2.500 “encuentros fronterizos” o detenciones diarias durante siete días seguidos), sino que quiere ir más allá: “tomaré acciones adicionales para mantener la frontera cerrada entre los puertos de entrada”, ha asegurado.
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“Aquellos que crucen las fronteras ilegalmente, serán detenidos y expulsados, y se les prohibirá la entrada durante cinco años. Vamos a aplicar cargos criminales más severos contra los reincidentes. Y si alguien cruza la frontera ilegalmente, sin una solicitud de asilo, se le prohibirá el asilo”, ha prometido la vicepresidenta, planteando unas políticas parecidas a las del Título 42, que utilizó Donald Trump durante la emergencia sanitaria para realizar expulsiones en caliente y que mantuvo Joe Biden durante gran parte de su mandato.
“Aunque entendemos que hay mucha gente desesperada por emigrar a EE.UU., nuestro sistema debe ser seguro y ordenado, y ese es mi objetivo”, ha dicho, una promesa que ha sido recibida con los aplausos de los presentes en su acto en el estado decisivo de Arizona. También ha recordado su experiencia como fiscal general de California, algo que suele hacer en sus discursos, y ha insistido en que es la única de los dos candidatos que “ha procesado a organizaciones criminales por tráfico de armas, drogas y seres humanos”.
Kamala Harris, candidata demócrata
“Aunque entendemos que hay mucha gente desesperada entrar, nuestro sistema debe ser seguro y ordenado, y ese es mi objetivo”
La visita a la frontera llega en el momento en el que las entradas de inmigrantes han caído hasta sus niveles más bajos desde que Biden llegó al poder, y meses después de que la presión de Trump a sus congresistas dinamitara un acuerdo bipartidista en el Senado que habría servido para aprobar una ley con restricciones permanentes al asilo y con la autorización de más agentes y recursos fronterizos.
“Trump prefiere incidir en el problema en lugar de solucionarlo”, ha recordado Harris, que utiliza con frecuencia esa línea de ataque contra el republicano, al que acusa de usar la frontera con fines políticos, pues torpedeó el acuerdo que hubiera “resuelto el problema”. “Era el proyecto de ley de seguridad fronteriza más fuerte que hemos visto en décadas. Debería estar hoy en vigor… Pero Trump lo destruyó. Llamó a algunos de sus amigos en el Congreso y les dijo que lo detuvieran”, ha insistido, y ha dicho que si gana volverá a plantearlo al legislativo.
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Kamala Harris, recorre el muro fronterizo con agentes de la Patrulla Fronteriza cerca de Tucson, en Douglas, Arizona.Kevin Lamarque / Reuters
Horas antes de este discurso, se ha reunido con agentes de la Patrulla Fronteriza en Douglas y ha asegurado que “tienen un trabajo duro y necesitan apoyo para llevarlo a cabo”. El viaje ha sido una oportunidad para enviar el mensaje de que la inmigración, la segunda preocupación de los estadounidenses tras la economía, va a ser una prioridad de su gobierno. Pero también ha supuesto un riesgo para una candidata a la que los republicanos han apodado sarcásticamente como “la zarina de la frontera” y a quien acusan de permitir unas políticas de “fronteras abiertas” y una “invasión” de migrantes indocumentados.
Harris nunca fue la “zarina” de la frontera, ni estuvo al frente de la política migratoria, aunque sí fue su cara visible durante el primer año de mandato de Biden, durante el que estuvo encargada de combatir las “causas profundas” de la inmigración procedente de Centroamérica. Sin embargo, mantuvo un perfil bajo y tuvo algunos deslices, como en una entrevista en el 2021, cuando un presentador de la cadena NBC le preguntó por qué no había visitado todavía la frontera sur y ella respondió que tampoco había estado “nunca en Europa”. Un mes después visitó la frontera, y esa fue la última vez que se ha dejado ver por ahí.
Donald Trump, candidato republicano
“Criminales duros, tenaces y despiadados campan a sus anchas en nuestro país”
En otro acto en Walker (Michigan), Trump ha criticado la visita de la vicepresidenta asegurando que llega tarde y que “cuando Kamala habla sobre la frontera, su credibilidad es nula”. El republicano ha repetido sus ataques racistas de las últimas semanas a los municipios de Springfield (Ohio) y Aurora (Colorado), receptores de refugiados haitianos y venezolanos con estatus temporal. Ha dicho, con sus habituales generalizaciones, que los inmigrantes “están arruinando el tejido de nuestro país” y que son “criminales duros, tenaces y despiadados“ que ”campan a sus anchas”.
El expresidente tiene como principal propuesta de su campaña –además de la vaga promesa de “evitar la tercera guerra mundial” con su “carácter fuerte”– llevar a cabo “la mayor operación de deportación de la historia”, un plan que incluye el despliegue de la Guardia Nacional en el país y la creación de nuevos centros de detención de inmigrantes. Según sus afirmaciones y las de su número dos, J.D. Vance, este plan perseguiría también a los que han llegado legalmente en el país, como los haitianos de Springfield, que Trump aseguró sin pruebas que “se están comiendo a los perros” del vecindario y que son “ilegales”, cuando en realidad tienen estatus de residencia temporal.
Ante una visión tan extremista, Harris ha intentado apelar a los votantes moderados, que quieren una política más dura en la frontera, pero no deportaciones masivas y potencialmente inconstitucionales. Durante sus cuatro años de mandato, “Trump separó familias, arrancó a niños pequeños de los brazos de sus madres y metió a niños en jaulas”, ha recordado. A pesar de que el republicano sigue liderando las encuestas en esta cartera (el 49% confía más en él y el 35% en Harris, según el último sondeo de la CNN), lo cierto es que, a medida que ha avanzado la carrera electoral, Harris le ha ido recortando el gran margen que le dejó Biden cuando abandonó.
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