EL RETO DE LA INMIGRACIÓN
"Espero empezar una nueva vida"
El Gobierno reanuda los traslados ordinarios de subsaharianos a Barcelona
La Vanguardia, 25-08-2006ENRIQUE FIGUEREDO / CELTIA TRAVIESAS – Barcelona
Desde enero, el Gobierno ha trasladado a Barcelona a más de 1.300 inmigrantes procedentes de Canarias
Barcelona Espero empezar una nueva vida aquí". Los ojos de Kareem se ven cansados. Partió a finales de julio de su pueblo natal en el norte de Senegal. Allí malvivía de la pesca con su padre. Dejó allí esposa a la que ahora espera poder ayudar.
Este hijo de África es uno de los centenares de subsaharianos que el Gobierno envía a Barcelona periódicamente desde el pasado mes de enero. La historia es siempre la misma.
Miseria y hambre.
El Ejecutivo central reaunudó ayer los traslados regulares de inmigrantes llegados a las costas canarias hacia la Península. A diferencia de los que el lunes llegaron a Barcelona sin ningún tipo de amparo y fueron abandonados a su suerte por la calles de la capital catalana, Kareem y otros 23 compatriotas suyos, fueron ayer conducidos a un albergue situado en el barrio de Vallcarca, bajo la tutela de la Comissió Catalana d´Ajuda al Refugiat (CEAR).
Este último contingente aterrizó ayer en el aeropuerto de El Prat a bordo de un avión de una compañía suiza de transporte de personas y mercancías. Fue una más de las decenas de aeronaves que han traído a Barcelona desde el archipiélago inmigrantes subsaharianos a Catalunya. Según diversos cálculos, desde enero el Gobierno ha trasladado a más de 1.300 de estos ciudadanos extranjeros a la capital catalana.
Sin embargo, no parece haber ninguna estadística fiable conocida sobre el número real de personas desplazadas mediante este procedimiento. Fuentes de la CEAR, la organización no gubernamental que ayer se hizo cargo de este último grupo de senegaleses, confirmaron que desde hace cinco meses esta entidad recibe a una media de 25 inmigrantes cada semana. Según estas cifras sólo la CEAR habría atendida a medio millar de subsaharianos desde el pasado mes de marzo. Pero esta no es la única ONG catalana que gestiona programas de acogida de inmigrantes llegados a Canarias subvencionados por el Ministerio de Trabajo. Hay otras dos.
Souleb Wiang, otro de los llegados ayer, sale a fumarse un cigarrillo al jardín ajeno a decisiones gubernamentales y presupuestos. Ha llegado a lo que cree que es su destino. Asegura que todo fue muy duro y que tuvo que ahorrar una gran cantidad de dinero que entregó a la organización de traficantes de seres humanos que le permitió llegar a Gran Canaria hace menos de dos meses. Como Souleb, el joven Fore se aparta del grupo para contar su historia. Titubea a la hora de confesar su edad, probablemente porque no alcanza los 18 años. Dice que tiene un amigo en Almería y está deseando partir. Pero aún no ha logrado contactar con él. Es posible que no lo consiga porque la experiencia demuestra que aquél trozo de papel con unas señas guardado durante meses no sirve para nada. El contacto era falso. Pero si da con él, la ONG le facilitará el dinero para comprar el billete que le lleve hasta allí. La Administración no tuvo en cuenta que el amigo de Fore está en Almería a la hora de asignarlo al grupo que vendría a Barcelona para ser atendido durante una semana como máximo. Ahora tendrá que hacer de nuevo un largo viaje hasta su destino.
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