Francia

El frágil Gobierno francés comienza su andadura

El nuevo equipo liderado por Michel Barnier celebra su primer consejo de ministros con Emmanuel Macron

El Mundo, Raquel VillaécijaCorresponsal París Corresponsal París, 24-09-2024

La reunión ha durado poco más de media hora: allí estaban los 39 ministros y secretarios de Estado, además del primer ministro, el conservador Michel Barnier, y el presidente, Emmanuel Macron: “Estaré aquí para ayudaros”, les ha dicho. El nuevo Gobierno francés, cuya composición se anunció el sábado por la noche tras dos semanas de negociaciones, ha celebrado este lunes su primer consejo de ministros. El equipo, formado sobre todo por macronistas y miembros del partido conservador de Los Republicanos, se había reunido antes en la sede de Gobierno para, según Barnier, “conocerse mejor en torno a un café”.

“Se abre un tiempo nuevo para el país”, ha dicho Macron a los ministros, a los que ha pedido “espíritu de diálogo y de humildad”, entre ellos y con los que “no han votado” por ellos. “Cada uno en esta mesa tiene una misión, que va más allá de nuestras diferencias”, ha explicado.

El traspaso de carteras comenzó ayer. Michel Barnier ha dicho que éste será “un Gobierno republicano, progresista y europeo” y ha pedido a sus ministros que sean “irreprochables y modestos” y que tengan “respeto por todos los partidos políticos”, en clara alusión a la formación de la líder de extrema derecha Marine Le Pen, que es la que tiene la llave para tumbar al nuevo Ejecutivo o dejarlo respirar.

Porque, aunque Francia ha logrado armar un Gobierno, sigue el bloqueo político. Todo el mundo es consciente de que puede durar muy poco: la Asamblea está fragmentada en tres bloques, ninguno con mayoría, y la izquierda ya ha dicho que va a presentar una moción de censura para tumbar al Ejecutivo. Si la extrema derecha lo apoya, caería.

Aunque esto no ocurra y el equipo de Barnier dure, tiene las manos atadas y no va a poder sacar reformas adelante, pues lo más probable es que cuente con la oposición de la izquierda, que aúna a socialistas, comunistas, ecologistas y La Francia Insumisa, de extrema izquierda. Con 193 escaños, fue el bando que obtuvo mayoría en las legislativas del pasado mes de julio. No ha querido participar en el Gobierno.

Sin embargo, el partido más votado fue el de Marine Le Pen (Reagrupamiento Nacional), con 142 diputados. Por eso, aunque macronistas y republicanos hayan unido sus fuerzas (165 y 47 escaños, respectivamente) para formar Gobierno, si quieren sacar adelante reformas o leyes necesitarán el apoyo del bloque de izquierdas o de Le Pen. El segundo parece imposible y el primero, improbable. El ejemplo se verá la semana que viene, cuando se presente el nuevo presupuesto y haya que votarlo.

Tras las legislativas convocadas de manera anticipada por Macron en julio, Francia está en el periodo político más convulso desde la II Guerra Mundial: con el Parlamento dividido en bloques irreconciliables (izquierda, centro derecha y extrema derecha) y con este Gobierno Barnier experimentan una fórmula nueva para el país: la del Gobierno de coalición. El presidente Macron y el primer ministro Barnier, que pertenecen a partidos distintos, tendrán que colaborar en un Gobierno en el que ahora conviven ambas sensibilidades políticas.

Entre el domingo y el lunes los ministros han legado sus carteras. El más llamativo ha sido el traspaso de poderes entre el ministro de Interior saliente, Gérald Darmanin, y el nuevo, el republicano Bruno Retailleau. Es considerado extremadamente conservador, sobre todo por sus posturas contra el matrimonio homosexual o la inscripción del derecho al aborto en la Constitución.

Darmanin, artífice de la polémica ley de inmigración que Francia aprobó hace unos meses, en parte con el apoyo de Los Republicanos y de Marine Le Pen, ha dicho: “Si yo me hubiera llamado Moussa Darmanin, no habría sido ministro ni alcalde”, en alusión a sus orígenes argelinos. Sus declaraciones han provocado críticas en la oposición, sobre todo porque Darmanin siempre ha presumido de mano dura con la inmigración.

A su sucesor en el cargo, le ha señalado que en Francia “hace falta firmeza, pero sé que la tienes”. Ya el pasado sábado, minutos después de ser nombrado ministro, Retailleau dijo que su objetivo es “restablecer el orden”. “Tengo tres prioridades: restablecer el orden, restablecer el orden y restablecer el orden”, ha reiterado este lunes, frente a Darmanin. Su figura es, de todo el nuevo Gobierno, la que incomoda más a los macronistas.

La semana que viene Barnier pronunciará su discurso de política general en la Asamblea, su acto de presentación ante los diputados, en el que expresará cuáles son sus prioridades y programa de Gobierno. Ex comisario europeo y ministro en los Gobiernos de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, Barnier intentó tranquilizar a parte de los franceses este domingo en una entrevista en France 2, cuando dijo que las grandes leyes sociales, como la inscripción del derecho al aborto en la Carta Magna o el matrimonio homosexual, “se preservarán”.

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