La crisis humanitaria en el nuevo tablero político

España teme la ruptura de la política común de Europa sobre la inmigración

El Gobierno asume que se llevará “disgustos” con la aplicación del pacto migratorio

La Vanguardia, Joaquín Vera, 23-09-2024

El Gobierno central sigue “con cautela, pero con enorme preocupación” los últimos movimientos de sus socios europeos en el tablero de las políticas migratorias. Los ministerios implicados en el asunto temen un volantazo que deje en papel mojado el pacto europeo de migración y asilo, aprobado hace tan solo unos meses tras más de cuatro años de negociaciones y disputas entre los estados miembros. Un acuerdo que recoge, prácticamente, toda la filosofía de las recetas migratorias impulsadas desde la Moncloa en las últimas legislaturas. Y que ahora, con una Europa que gira hacia la derecha, puede dejar sin sólidos apoyos a España, en un momento en el que sus vías marítimas de acceso irregular se han convertido en las que más crecen de toda Europa.
Fuentes gubernamentales explican que la intención del Gobierno es tratar de “mantener la misma filosofía” que contiene el pacto migratorio, pero aseguran que son “conscientes” de que en los próximos meses –cuando se trate de echar a rodar el acuerdo– se llevarán “algún disgusto que otro”.

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Las mismas fuentes apuntan a que estos desencuentros no estarán relacionados con los paquetes de ayudas a terceros países de origen y tránsito de las rutas migratorias para un mayor control de sus fronteras –como se hace con Marruecos, Mauritania, Libia o Túnez, donde el respeto de los derechos humanos está cuestionado–, sino con la solidaridad entre países para redistribuir a las personas que piden asilo. Esa solidaridad obligatoria fue uno de los grandes empeños del Ministerio del Interior durante la negociación del pacto frente a los países del norte de Europa, con una presión migratoria a años luz de la experimentan otros como España, Italia o Grecia.

Fnideq (Morocco), 16/09/2024.- Moroccan public security forces deploy near a customs checkpoint along the land border with the Spanish enclave of Ceuta, in Fnideq, northern Morocco, 16 September 2024. Hundreds of migrants on 15 September stormed a barbed wire fence to cross the land border from Fnideq to Ceuta, following a call on social media for a mass migration attempt, authorities said. According to Spanish police, they were all prevented from entering following a large deployment of security forces on both sides of the border. (tormenta, Marruecos, España) EFE/EPA/JALAL MORCHIDI
La policía marroquí desplegada frnte a la frontera de Melilla esta semana par evitar la entrada de inmigrantes a España JALAL MORCHIDI / EFE
El actual mapa de entradas irregulares de Frontex evidencia que la ruta hacia Italia es la que más desciende (-64%), frente al incremento de un 39% de los desembarcos en Grecia o un desorbitado 123% en Canarias. No obstante, a Italia han llegado en lo que llevamos de año 41.250 personas por vía marítima, frente a las 35.102 que han arribado a España. Unas cifras que en ambos países no suponen ni un 5% de la inmigración irregular que entra en el país, ya que la inmensa mayoría lo hace a través de aeropuertos con visados. Pero el pronunciado descenso de la curva italiana ha provocado el interés de líderes como el premier Keir Starmer, líder del Partido Laborista.

El dinero para países que ejercen de barrera está asegurado, otra cosa es la solidaridad interna europea
Aunque en el Gobierno central están más sorprendidos por los movimientos en Alemania, donde las autoridades socialdemócratas han endurecido sus controles de fronteras, como exigencia de la extrema derecha. Un movimiento que según fuentes del Gobierno hace tambalear uno de los pilares de la arquitectura europea: la zona Schengen. Los Países Bajos, Francia, Grecia o incluso España ya han verbalizado su malestar por la postura alemana. En el seno del Gobierno están convencidos de que irán cayendo fichas de dominó a lo largo de este otoño con medidas cada vez más duras. Y citan tres países a los que siguen muy de cerca: Austria, Hungría y Polonia, que ya emiten señales de que no ­están dispuestos a cumplir el pacto.

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Otro movimiento que tampoco ayudará a España en su intención de continuar con el espíritu de sus recetas migratorias es el nombramiento del conservador austriaco Magnus Brunner como nuevo comisario de Interior y Migraciones. Él tendrá en sus manos la convocatoria de reuniones de los ministros del Interior europeos, pero, sobre todo, marcará los puntos que tratar en dichos encuentros; fijara la dirección del viento en los nuevos aires que corren en políticas migratorias en Europa.

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