Cuando las tropas rusas entraron en territorio ucraniano la Unión Europea se movilizó rápidamente. El 4 de marzo de 2022 tan solo diez días después del inicio de la guerra los Veintisiete aprobaron de forma conjunta una directiva para ofrecer refugio inmediato a los ucranianos que huían del conflicto. Actualmente, hay 4,1 millones de refugiados ucranianos en territorio europeo bajo el estatus de protección temporal. La mayoría de ellos se encuentra en Alemania (1,1 millones) y Polonia, que acoge a cerca de un millón.

Si todos los países europeos lograron ponerse de acuerdo entonces para encontrar una solución común, ¿por qué no es posible lograrlo en materia migratoria? La directora del área de Migraciones del Instituto Elcano, Carmen González, explica la particularidad de este caso: «Rusia es percibida como un enemigo y una amenaza para todos, mientras que los ucranianos son vistos como las víctimas de este conflicto», destaca.

La proximidad geográfica es otro factor decisivo. «En el caso de Ucrania es evidente que huyen de una guerra iniciada por Rusia y al ayudarlos nos estamos ayudando a nosotros.», señala. Y esta afirmación encuentra unanimidad en los Estados miembros y en todos los partidos políticos, incluso entre las formaciones de extrema derecha.

También logran un mayor apoyo popular, ya que a diferencia de migrantes que huyen de conflictos más lejanos como Iraq, Siria, Afganistán… que son «poco conocidas por el público en general» y donde Europa «no se juega nada personalmente», González apunta que la guerra en Ucrania se percibe como más cercana y supone «una amenaza a nuestra forma de vida». «Esa es la clave de la diferencia de actuar. No es racismo, tiene que ver con nuestra situación geoestratégica», añade la experta.

Además, el hecho de que las personas que huyen del país sean en su mayoría mujeres y niños hace que «no se perciban como una amenaza, algo que sí puede ocurrir con los varones jóvenes», concluye la experta.