El Rey Felipe VI reconoció hoy la “humanidad” del pueblo canario para atender a los migrantes que llegan a las costas durante el acto de entrega de la Medalla de Oro que le ha concedido el Parlamento de Canarias por su contribución a la democracia y a la estabilidad política del país.

El monarca, que fue recibido en la sede del Parlamento con vivas al Rey y a España por parte de la multitud que aguardaba en las inmediaciones de la Cámara, alabó la capacidad del pueblo canario para “unirse” y “dar lo mejor de sí” ante las dificultades, como las que atraviesa actualmente en plena crisis migratoria. Solo ayer en 15 horas llegaron once embarcaciones con casi 700 migrantes; en lo que llevamos de año han arribado más de 27.500. “Estas islas amanecen navegando la esperanza”, incidió en su discurso.

Felipe VI recordó la entereza del pueblo canario cuando el fuego arrasó bosques en Tenerife, Gran Canaria o La Gomera, en los terribles incendios de los últimos años o cuando el volcán en La Palma, de cuya erupción se cumple precisamente hoy el tercer aniversario, se llevó por delante cultivos, hogares, colegios, iglesias y barrios enteros, como el de Todoque, que quedó sepultado para siempre bajo la lava. Según dijo, los canarios despiertan su admiración cuando ve “las imágenes de los voluntarios y profesionales que atienden a quienes nuevamente llegan a las islas desprovistos de todo, en un ejercicio de humanidad, que tanto nos enseña”.

El monarca se refirió a las islas como “su casa”, ya que, según dijo, están en sus vivencias y recuerdos desde muy niño. Según indicó, fue en 1997 cuando siendo Príncipe de Asturias visitó por primera vez de forma oficial las ocho islas canarias, dando continuidad a la presencia de la Corona y la institución en el archipiélago y que comenzó en 1906, con la primera visita de su bisabuelo Alfonso XIII.

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“He estado cerca de estas islas en los buenos y en los malos momentos. He aprendido y admiro como este pueblo se une aún más ante las dificultades y es entonces cuando da lo mejor de sí”, indicó durante su discurso,

Felipe VI señaló que aunque Canarias es el territorio más alejado geográficamente de la península esa distancia “solo es física”. “Esa distancia se vuelve cercanía con los afectos, con la memoria y con propósitos compartidos”, manifestó.

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El Rey destacó los retos a los que se enfrenta la economía canaria actualmente, como son diversificar su economía, fomentar el emprendimiento y la innovación, prestar servicios públicos de calidad, impulsar la transición energética, proteger el medio ambiente, conservar y dar a conocer el patrimonio natural e histórico a quienes nos visitan, crear un futuro de oportunidades para nuestros jóvenes y un tejido asistencial para nuestros mayores y para quienes más lo necesitan. “Construir una sociedad mejor es una tarea siempre inacabada, un aprendizaje constante. Requiere conocimiento, audacia, energía, equilibrio, curiosidad, capacidad de innovación. Reconozco todos esos valores en la sociedad canaria. Estoy orgulloso, como español, de verme reflejado en ellos”, manifestó.

Según señaló, el archipiélago hermana, dada su ubicación geográfica entre tres continentes, a España con áfrica, América y Europa. “Nos hace a España y a Europa más abiertas al mundo y al futuro”, dijo.

En su intervención, el Rey destacó los paisajes de Canarias y sus cielos, con especial mención al Instituto Astrofísico de Canarias y al artista lanzaroteño César Manrique, símbolo de la protección del medio ambiente del archipiélago y contrario a la masificación turística.

Felipe IV llegó al Parlamento de Canarias acompañado del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y fue recibido por el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, la presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez, la del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, y el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, entre otras autoridades.

El Rey, que agradeció la concesión de la Medalla de Oro del Parlamento, indicó que era un símbolo de “respeto, afecto y compromiso”, que asuiía con su presente y su futuro. “Es la sonrisa, el apretón de manos, el abrazo del pueblo canario en mitad de un camino que recorremos juntos, que seguiremos recorriendo juntos”, concluyó.

Una vez finalizado su acto en el Parlamento de Canarias, el Rey acudió a la inauguración del segundo encuentro de la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos, que tuvo lugar en el Hotel Ritz-Carlton Abama del municipio de Guía de Isora. En este marco, defendió una mayor cooperación internacional en el ámbito de la Justicia para dar respuesta a los migrantes, así como una modernización tecnológica para que las administraciones de Justicia respondan con mayor eficacia las demandas de los ciudadanos.