El barómetro de septiembre del CIS ha causado revuelo porque la inmigración aparece como el principal problema para los españoles. ¿Es un dato puntual? ¿Un fallo de la encuesta? ¿O realmente se ha encendido esa inquietud? Analizamos la cuestión con cifras.

1. La tendencia es real: más españoles ven la inmigración como un problema principal
En septiembre, el 30% de encuestados cita la inmigración como uno de los tres primeros problemas de España, pero esa cifra lleva subiendo en la serie del CIS desde el final de la pandemia, y especialmente desde el verano de 2023.
El abrupto salto del indicador entre julio y septiembre seguramente se explica, en parte, por un matiz técnico. Como han señalado los expertos Paco Camas y Alejandro Solís, el cuestionario del CIS de este mes incluía, antes de preguntar sobre los problemas, otras dos cuestiones que mencionaban las “desigualdades entre países” y “el aumento de población inmigrante”. Es plausible un efecto ancla o marco, es decir, que al poner la inmigración en la cabeza de los encuestados, esto empuje esa respuesta al interrogarlos sobre los problemas del país.

Es cierto al mismo tiempo que el repunte de este mes tiene precedentes. El porcentaje de gente que citaba la inmigración como problema alcanzó cotas similares a las actuales en los meses de septiembre de 2018 y 2019. Ese es otro patrón: los picos de inquietud suelen ocurrir tras el verano, quizás por efecto de las llegadas de migrantes a las costas españolas que, aunque sean solo una parte, dejan más imágenes e impacto.

2. Las encuestas del Eurobarómetro ven también la subida
El Parlamento Europeo mantiene una serie similar que permite para contrastar los datos del CIS. Según sus cifras, en abril de 2024, un 14% de los españoles citó la inmigración como uno de los dos principales “asuntos” que enfrenta España.
La serie histórica es similar a la del CIS. La inmigración crece como preocupación desde 2023, acercándose a los niveles de 2018 y 2019, aunque —al menos en abril de este año— todavía lejos de los récords de hace veinte años.

Es útil entender cómo funcionan este tipo de preguntas para interpretarlas. La fórmula del CIS o del Eurobarómetro obligan al entrevistado a escoger dos o tres asuntos como los más importantes. Es así por diseño, para evitar que nos preocupe “todo” y “mucho”. Pero esta mecánica tiene sus contrapartidas. La primera es que puede haber cambios bruscos, cuando un problema pasa de quinto a tercero para mucha gente, sube de golpe, como salido de la nada, aunque no sea así.

Además, los problemas compiten entre sí. Por ejemplo, al estallar la pandemia, la salud y el virus eclipsaron otras inquietudes, y además se cerraron las fronteras: en marzo de 2020, la preocupación con la inmigración cayó casi a cero. Tampoco es casualidad que en los últimos 20 años suba la preocupación con la inmigración cuando baja el miedo económicos.
3. Y otros datos apuntan que una parte de los españoles desconfía de la inmigración
En agosto, una encuesta de 40dB. preguntó cómo iría la política española si más políticos fuesen inmigrantes, y el 36% de los españoles dijo que “peor”, triplicando a los que creían que sería una mejora. Otro trabajo de mayo indaga sobre la gestión que hace la Unión Europea de diferentes asuntos: el que más españoles juzgaron “mal” o “muy mal” gestionado fue la inmigración (41% de respuestas), por delante de la inflación (40%) y la economía (39%).

Un tercer sondeo reciente del CIS ha preguntado por el nivel de conflicto percibido entre diferentes grupos. El hipotético conflicto entre inmigrantes y nacidos en España fue el segundo que más entrevistados califica como “fuerte” o “muy fuerte” (66%), solo por detrás del choque entre empresarios y trabajadores (67%), y por delante de pobres y ricos (60%), hombres y mujeres (52%) o jóvenes y adultos (47%).
4. La población inmigrante crece desde 2018
El porcentaje de residentes en España que nacieron en otro país se ha triplicado en veinte años, pasando del 6% al 19% desde 2002. Ese crecimiento ha sido paulatino, con dos paréntesis, uno largo con la crisis económica (2009-2018) y otro muy breve en lo peor de la pandemia (2021).

Los picos de preocupación con la inmigración se han dado siempre en períodos de aumento de población venida del extranjero, aunque sin ver una correlación directa. Las razones para que se eleve el miedo a la inmigración son variadas, como es evidente, y tienen que ver tanto con el fenómeno en sí, como con la percepción ciudadana del problema y de todos los mensajes, ciertos o falsos, que conforman el debate público.
5. Pero, recordemos: en España la inmigración se ha visto menos problemática que en la UE
Según los datos del último Eurobarómetro, Chipre es el país donde más gente cita la inmigración como uno de los dos asuntos más importantes de los que enfrenta su país, con un 59% de personas eligiéndolo. Le siguen Países Bajos (34%), Alemania (30%), Malta (29%), Eslovenia (27%), Irlanda (20%), Austria (20%) y Bélgica (18%), todos por encima de España (14%).

Desde 2008, durante la crisis económica y después, la inmigración ha preocupado menos a los españoles que a la mayoría de europeos. El próximo Eurobarómetro, previsto para finales de este año, confirmará si ese patrón sigue cumpliéndose.