Feijóo visita a la ultra Meloni para consumar su acercamiento y achicar el espacio a Vox
Tras elogiar sus políticas de inmigración, el popular se verá con la primera ministra italiana, que apuesta por deportar migrantes a Albania. El PP esgrime que la mandataria se ha moderado y que líderes progresistas se inspiran en sus recetas
El País, , 19-09-2024Hubo un tiempo en el que Alberto Núñez Feijóo rehuía las fotografías con Santiago Abascal para que no le penalizara en los sectores templados del electorado. Y hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, representaba la misma criptonita que el líder de Vox para Feijóo. En la pasada campaña de las elecciones europeas, el PP reconocía en privado que fue un error que su líder se hubiera abierto a pactos con Meloni en Europa, porque al hacerlo regalaba una baza a los socialistas, que habían centrado su campaña precisamente en criticar los acuerdos del PP con la ultraderecha.
Algunas cosas han sucedido desde el pasado junio, apuntan en el PP para explicar que Feijóo consume ahora su acercamiento a la primera ministra ultra, con quien se reúne este jueves en Roma mientras elogia sus políticas de mano dura con la inmigración. Por un lado, según el PP, que Meloni no es la misma que lanzaba arengas exaltadas en los mítines de Vox, porque “se ha moderado”, justifican en el gabinete del líder popular, y está plenamente integrada en el club europeo. “Meloni ya es una política mainstream”, argumentan en Génova. Por otro, como confiesan otras fuentes populares, que Feijóo se ha puesto manos a la obra para intentar achicar el espacio político a Vox con la inmigración, que ha escalado ya al primer problema de los españoles según el CIS, ante el riesgo de que los ultras crezcan al calor de un fenómeno en aumento. Aunque ello implique abrazar o, al menos, contemporizar, con las políticas hacia los migrantes más radicales en territorio europeo que representa Meloni.
La aproximación de Feijóo hacia la primera ministra italiana ha sido progresiva. El líder del PP lleva semanas elogiando su política migratoria, pese a que incluye medidas muy controvertidas como la construcción de centros en Albania —que no forma parte de los 27— para devolver a migrantes rescatados en el mar por las autoridades italianas. Meloni ha conseguido, además, reducir la inmigración a base de grandes inversiones en los países de origen, como Libia y Túnez, en condiciones de dudoso respeto a los derechos humanos. Y se ha entregado a hacer la vida imposible a las ONG para que reduzcan su número de rescates en el Mediterráneo.
Sin entrar en esos detalles, Feijóo ha elogiado la política migratoria de Meloni con el argumento de que “funciona”. El líder del PP reconoce abiertamente su sintonía con esas recetas, aunque se cuida de definir el modelo de Meloni como el suyo. “Como ha acreditado el primer ministro británico [Keir Starmer] hace unos días, [Meloni] tiene una política migratoria que creo que debemos de conocer con determinación y exactitud porque funciona”, ha argumentado este jueves Feijóo en declaraciones a La Sexta, utilizando la visita del líder laborista esta semana a Roma para dar cobertura a su propio acercamiento a la mandataria de extrema derecha.
Sin embargo, el líder del PP ha evitado a conciencia decir que lo que hace Meloni es lo que él haría en caso de llegar al poder en España. Preguntado específicamente por si consideraba a la primera ministra italiana como el modelo de gestión de la inmigración, Feijóo se ha escabullido: “Mi modelo de inmigración es el que funciona. Es el que mezcla legalidad y humanidad. Es el que distingue entre la migración regular y la irregular, es el modelo del pacto europeo de inmigración. Es justamente plantear una política, porque España no la tiene”. Fuentes de su gabinete han indicado a EL PAÍS que el PP comparte con la primera ministra italiana “el trabajo en los países de origen” y “la petición de ayuda a Frontex”, pero no citan las cuestiones más polémicas como los centros en Albania o el acoso a las ONG.
La política del PP sobre inmigración se ha ido endureciendo progresivamente, coincidiendo con el auge de los discursos ultras contra los extranjeros. En los últimos meses, el partido ha defendido enviar fragatas a alta mar para frenar la llegada de cayucos —en palabras del portavoz parlamentario, Miguel Tellado— y el propio Feijóo ha vinculado la inmigración con la delincuencia. Esta última derivada sí provocó debate interno, y algunos miembros de la dirección alertaron sobre el “error” de profundizar en esa tesis, sobre la que el líder del PP no ha insistido últimamente.
Más recientemente, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha diferenciado entre inmigrantes buenos y malos: a un lado, dijo, están los latinoamericanos, tan integrados que “no son ni siquiera inmigrantes” porque “rezan la misma religión”; y al otro lado están los llegados de países que “culturalmente tienen un choque”, que “defienden la ablación, que las mujeres se queden en casa o la poligamia”. Es lo que se ha definido como el “feminacionalismo”, un discurso que discrimina a los extranjeros de países islámicos por la vía de revestir el mensaje de valores universales y progresistas como los derechos de las mujeres.
El viaje de Feijóo a Roma tiene como objetivo, según aseguran otras fuentes populares, el intento del PP de “achicar el espacio a Vox” en este campo. No solo acercándose a una figura que hasta ahora estaba vinculada a Abascal (con quien Meloni mantiene una amistad), sino también entrando de lleno en el combate por quién abandera la preocupación ante el aumento de población extranjera. Según el último barómetro del CIS, publicado este jueves, la inmigración es ya el primer problema de los españoles, por delante del paro, la economía, los políticos o la vivienda.
Con este movimiento Feijóo se aleja del centro, pero en el gabinete del líder del PP argumentan que otros primeros ministros progresistas están inspirándose también en las recetas de Meloni. El laborista Starmer, que esta misma semana ha viajado a Roma para estudiar el modelo de la italiana, da la coartada perfecta al PP para presentar la mano dura contra la inmigración como una política transversal y sin ideología. Algunos moderados del PP justifican también el acercamiento de su líder a la primera ministra ultra con la tesis de que Pedro Sánchez también exhibió cierta sintonía cuando se reunió con ella en Roma el pasado abril dentro de su gira europea. “Después de aquello que dijo de querida Giorgia”, ironizan, “nosotros nos lo podemos permitir”.
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