California abraza políticas de “ley y orden” para combatir la crisis de sinhogarismo
La reciente sentencia del Supremo que permite desmantelar campamentos y los cambios en la opinión pública han propiciado un giro conservador en el bastión demócrata
La Vanguardia, , 19-09-2024El aumento dramático del precio de los alquileres ha acuciado la crisis de la vivienda en California, el epicentro de la crisis de sinhogarismo en Estados Unidos. Los programas que lleva años aplicando el estado para resolver lo que considera un problema de seguridad y salud pública –con más de 20.000 millones de dólares invertidos desde el 2018 para ofrecer alternativas habitacionales a los sintecho– no están funcionando y ya hay más de 180.000 personas viviendo en sus calles, algo más de una cuarta parte del total de 653.000 en todo el país, según la última cifra oficial. A la complejidad del asunto se le añade la epidemia de fentanilo, que ha dejado escenas apocalípticas especialmente en algunos vecindarios de San Francisco y Los Ángeles.
Los demócratas, que llevan dos décadas gobernando el estado, han dicho basta y han comenzado a endurecer este año su discurso y sus políticas, ante el malestar de los ciudadanos y la inseguridad percibida. Especialmente, a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo en junio que capacita a las agencias gubernamentales para multar y detener a personas por vivir en calles y aceras, en vehículos averiados o en parques públicos, incluso si no hay refugio o vivienda disponibles.
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AGENCIAS
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El gobernador, el demócrata Gavin Newsom, celebró este fallo y emitió de inmediato una orden ejecutiva exigiendo a las agencias estatales que desalojaran los campamentos y animando a los gobiernos locales a hacer lo mismo. Desde entonces, 12 ciudades y condados de California han aprobado prohibiciones que criminalizan al sintecho, mientras que otras nueve las están considerando o ya han iniciado el proceso, según el National Homelessness Law Center.
El propio Newsom, que se encuentra a mitad de su segundo mandato como gobernador, se puso en marcha y viajó a Los Ángeles en agosto para desmantelar con sus manos campamentos habitados por personas sin hogar. “Estoy aquí en representación de 40 millones de californianos que están hartos. Estoy aquí porque quiero ver resultados: no quiero leer sobre ellos, no quiero ver los datos, quiero verlo con mis ojos. Quiero ver como dejamos limpias las calles y retiramos esas tiendas de campaña. Quiero volver a sentir orgullo por nuestro estado”, dijo en una rueda de prensa posterior.
Estas medidas de mano dura, que llevan años defendiendo los conservadores, se alejan de la visión que ha mantenido durante años la izquierda dominante en California y han generado división en el Partido Demócrata. Dos de los congresistas más populares de la izquierda del partido, Alexandria Ocasio-Cortez y Bernie Sanders, consideran que la política de criminalización de los sintecho es “contraproducente” y tan solo agrava la situación de vulnerabilidad de estas personas.
De hecho, trabajadores sociales de primera línea en ciudades como San Francisco aseguran el desmantelamiento de campamentos tan solo ha servido para enviar a los indigentes “a la acera de enfrente”, hasta que vuelven a ser desalojados de nuevo, y así sucesivamente. En consecuencia, muchas veces estos trabajadores terminan perdiendo el contacto de las personas a su cargo, lo que dificulta que puedan recibir atención médica.
De este modo, la nueva aproximación está socavando la iniciativa impulsada por Newsom hace tan solo dos años, conocida como CalAIM, que dedica 12.000 millones de dólares en cinco años, en parte para ayudar a las personas sin hogar a recibir atención sanitaria, vivienda y servicios sociales. Pero el gobernador no deja dudas sobre su cambio de postura y anunció este mes la dimisión de su secretario de Sanidad, Mark Ghaly, que ha encabezado este tipo de medidas sociales en los últimos años.
Daniel Whitehead, director de la Coalición Nacional por los Sintecho
“Las redadas son un enfoque miope y costoso que sólo agrava la crisis de vivienda y aumenta le número de indigentes”
El director de la Coalición Nacional por los Sintecho, Daniel Whitehead, advierte que “la forma en que una sociedad trata a sus más vulnerables refleja sus valores fundamentales, sus prioridades y su dedicación a la justicia social. Criminalizar a las personas sin hogar tiene graves repercusiones: mayores costes, más sufrimiento e incluso la posibilidad de perder la vida. Esta decisión socava nuestra responsabilidad colectiva y nuestro compromiso de abordar este acuciante problema con la compasión que exige”.
En su opinión, el recurso de las redadas es un “enfoque miope y costoso” que “sólo agrava la crisis de vivienda y aumenta le número de personas obligadas a vivir en las calles de California”. Whitehead considera que Newsom “debería centrarse en soluciones a largo plazo que aborden las causas sistémicas del sinhogarismo, como la escasez de viviendas asequibles, el desempleo, los problemas de salud mental, el racismo estructural y el abuso de sustancias”.
Pero esa visión ha dejado de ser mayoritaria entre la población de California, que en las últimas décadas se ha ganado la reputación de ser la más progresista del país. El último estudio del Instituto de Políticas Públicas de California, una organización sin ánimo de lucro, muestra que el 64% de la población ve el sinhogarismo como un “gran” problema y el 51% apoya la decisión del Supremo que permite desmantelar campamentos y detener a personas sin hogar.
El 51% de los californianos apoya la decisión del Supremo que permite desmantelar campamentos y detener a sintecho
El asunto se ha convertido en una de las principales líneas de ataque de Donald Trump contra Kamala Harris, a quien acusa de querer convertir EE.UU. en San Francisco, su ciudad natal. En ese municipio, los tres principales candidatos a la alcaldía son demócratas –como ocurre en gran parte del estado– y los tres, incluida la alcaldesa London Breed, han endurecido el discurso y defienden medidas de “ley y orden” para resolver la crisis.
“Vamos a ser muy agresivos y firmes en el desmantelamiento de campamentos, lo que puede incluir sanciones penales”, dijo Breed en un reciente discurso: “Tenemos que pasar de ser la ciudad de la compasión a la ciudad de las responsabilidades”. Hace cuatro años, Breed abogaba por todo lo contrario y, en medio de las protestas antirracistas tras el asesinato de George Floyd a manos de un agente, abrazó la idea de “desfinanciar a la policía”, que ha perdido peso entre los demócratas a menos dos meses de las elecciones de noviembre, en las que también tendrán lugar elecciones municipales en numerosas ciudades, incluida San Francisco.
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