El presidente del PP sigue con su gira, centrada en la política migratoria y con la que busca ganar perfil internacional, por la Unión Europea. Si la semana pasada en Atenas fue recibido por un jefe de gobierno de su misma familia política, Kiriakos Mitsotakis, hoy en Roma su anfitriona será la primera ministra Giorgia Meloni, líder de la formación ultraderechista Hermanos de Italia, que se está acercando paulatinamente, como se ha visto con el nombramiento del fratello Raffaele Fitto como vicepresidente de la Comisión que preside la democristiana Ursula von der Leyen, al Partido Popular Europeo (PPE).

Alberto Núñez Feijóo ve en los mandatarios griego e italiano un modelo, pues ambos han reducido el número de llegadas de migrantes irregulares, mientras que en España, sobre todo en Canarias y Ceuta, el flujo no ha dejado de incrementarse.

“Meloni ha gestionado la inmigración mucho mejor que Pedro Sánchez”, dijo Feijóo hace unos días en Tenerife, donde presentó junto al presidente canario, Fernando Clavijo, el plan “contra el descontrol migratorio” acordado con Coalición Canaria, que puso fin a su distanciamiento por la negativa del PP a reformar la ley de Extranjería.

Lee también
La inmigración ya es el primer problema para los españoles, según el CIS
Silvia Hinojosa
Horizontal
En concreto, el líder popular ensalzó los convenios del Gobierno italiano con los países de origen “para evitar que las mafias se lucren”, que se han traducido en millonarias ayudas a Egipto, Libia y, sobre todo, Túnez para que impidan la salida de embarcaciones desde sus costas. Pero no se refirió al polémico plan de Meloni de externalizar a Albania la acogida de migrantes rescatados en el mar, a la espera de su repatriación.

Aun así, los elogios a los “destacados progresos” de Italia en materia de inmigración del premier Keir Starmer, que se encontró sobre la mesa un programa similar para el Reino Unido, con Ruanda como “país tercero”, abren una vía de entendimiento entre el PPE y la formación de Meloni en el Parlamento Europeo, en un contexto en el que la inmigración se ha convertido en un problema de primer orden. Si hasta los laboristas británicos lo aplauden, se presume que los conservadores no tendrán nada que objetar.

Sea como fuere, y mientras la puesta en marcha del expeditivo proyecto albanés, que estaba previsto iniciar el 1 de agosto, se ha tenido que aplazar, las oenegés denuncian que lo que sucede en el norte de África es que la policía de los países que cooperan con Italia “dejan tirados” en el desierto a muchos migrantes subsaharianos. Y en cuanto a los que consiguen zarpar y ser rescatados en aguas italianas, la estrategia de Meloni es asignar el puerto más alejado, para que los barcos de las organizaciones de salvamento se vean obligados a gastar mucho dinero en combustible e invertir varios días en la ruta hacia el norte.

Con todo, son políticas que se emulan en gobiernos de distinto signo ante la presión migratoria, que no conoce fronteras.