Harris condena la “retórica del odio” de Trump con los inmigrantes de Springfield
La candidata demócrata explica que se ha llamado con Trump durante su segunda entrevista de alto nivel en dos meses de campaña
La Vanguardia, , 18-09-2024Kamala Harris ha hablado por primera vez del bulo al que dio validez Donald Trump durante su cara a cara en ABC News y tras el cual se ha reportado un aumento de las amenazas bomba en la localidad de Springfield (Ohio). Decir que los inmigrantes de Haití se están comiendo los perros y los gatos del vecindario es “retórica del odio” y “tiene que parar”, ha dicho en su segunda entrevista de alto nivel en dos meses de campaña, en un acto organizado por la Asociación Nacional de Periodistas Negros en Filadeldia (Pensilvania).
“La mayoría de los estadounidenses saben que tenemos mucho más en común de lo que nos divide. Y esas personas están teniendo muchos problemas, independientemente de su origen, su raza y su género”, ha lamentado, y se ha referido a Trump sin citarle por el nombre, algo que solo ha hecho una vez en toda la entrevista. “No podemos confiar el cargo de presidente de Estados Unidos a alguien que usa esa retórica del odio que, como es costumbre, ha sido diseñada para dividirnos como país, para que nos señalemos los unos a los otros”.
Harris ha pedido “pasar página” de este tipo de comentarios, que son “agotadores y dañinos” y forman parte de una “visión antigua que no deberíamos tolerar”. La contundente reacción a las palabras del republicano responde también a sus acusaciones de que lo están intentando matar por culpa de la “retórica” de los demócratas, que alertan del peligro que supone para la democracia tras su intento de revertir el resultado de las pasadas elecciones.
Esa acusación, que su equipo de campaña está usando para invalidar cualquier crítica que se les pueda hacer –ha enviado un correo a su lista de recaudación de fondos con más de 40 citas de políticos demócratas que, según afirma, promueven el odio contra Trump–, no ha logrado que Harris rebaje el tono sobre su adversario, más bien al contrario.
La demócrata, que ha reiterado que “en EE.UU. no hay lugar para la violencia política”, ha explicado que se ha llamado con Trump, como hizo el lunes Biden, y que le ha dicho que está “contenta de que esté a salvo” en lo que la Casa Blanca ha descrito como una conversación “cordial y breve”. Durante la entrevista posterior, Harris ha expresado su confianza en el Servicio Secreto y ha dicho que se siente “segura”, pero “no todo el mundo tiene un Servicio Secreto”, y ha puesto el ejemplo de los habitantes de Springfield, donde las amenazas de bomba han obligado a cerrar escuelas y edificios gubernamentales esta semana.
Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia
“No puedo dar por sentado el voto negro. Tengo que ganármelo explicando que mis políticas reconocen sus necesidades”
Lo ha dicho ante la misma asociación en la que Trump cuestionó su identidad y la acusó, en un evento similar con periodistas afroamericanos, de haberse convertido “de repente” en negra para ganar votos en este importante sector de la población, tradicionalmente demócrata, donde progresivamente el magnate republicano ha ido ganando adeptos durante el mandato de Biden.
Harris ha reconocido que no puede dar por hecho su voto “por el simple hecho de ser negra”. “Tengo que ganarme su voto”, ha dicho, y convencerles “de que mis políticas entienden y reconocen sus necesidades”. “El voto negro no está en el bolsillo de nadie”, ha dicho ante una pregunta que destacaba que los afroamericanos, especialmente los hombres, son un sector que de momento se le resiste a la candidata.
Como ya hizo en el cara a cara con Trump, Harris ha sido certera en sus respuestas y se ha demostrado capaz de improvisar en un formato sin guion, que ha estado evitando en los dos meses de campaña. Esta era su segunda prueba de fuego en una entrevista, después de la que dio junto a su número dos, Tim Walz, en la CNN, y la ha superado con éxito.
Aunque las preguntas han sido más cómodas que aquella vez y le han permitido hablar largo y tendido sobre el derecho al aborto, el principal caballo de batalla en su campaña. “Tenemos que restablecer las protecciones de Roe v Wade –el fallo que anuló el Supremo en junio del 2022– y dejar que una persona, cuando vaya a la consulta con su médico, tome la decisión basándose en lo que ella pueda determinar, en lugar de que el gobierno le diga lo que tiene que hacer”, ha afirmado.
La demócrata ha mantenido su ambigüedad en cuestiones candentes como la guerra en Gaza, negándose a concretar si en su administración habrá cambios en la política de ayuda militar a Israel. Como ha hecho hasta ahora, se ha limitado a decir que están trabajando “incansablemente” en un acuerdo para el alto el fuego y la liberación de los rehenes, que no da resultados después de cuatro meses desde que Biden presentó su plan de paz.
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