En esencia Andrés Krakenberger
Racismo
Los racistas se encuentran con que delante suyo la policía queda prácticamente invisibilizada por manifestaciones antirracistas que superaban con creces a los manifestantes racistas
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 18-09-2024Los disturbios y tumultos de motivación racista del Reino Unido este verano me han hecho reflexionar. Refresquemos la memoria, que en este mundo acelerado todo lo ocurrido hace más de dos días queda relegado al olvido del pleistoceno. Se produce un caso de apuñalamiento masivo en la localidad de Southport, en la que tres niños murieron y otras diez personas –ocho de las cuales eran niños– resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad. Arrancan fuertes disturbios espoleados por falsas denuncias amplificadas fuera de toda proporción en redes sociales que atribuían la autoría del apuñalamiento masivo a un inmigrante musulmán, cosa que resultó ser totalmente falsa.
En agosto, la sociedad, realmente mucho más sana de lo que daban a entender síntomas anteriores, se moviliza. Y los racistas se encuentran con que delante suyo la policía queda prácticamente invisibilizada por manifestaciones antirracistas que superaban con creces a los manifestantes racistas. Y tan abruptamente como se iniciaron, los disturbios racistas cesaron. Los racistas habían quemado un hotel con gente dentro. Hubo interminables escenas de saqueos y quemaron hasta los cimientos oficinas de atención al ciudadano. También ardieron librerías, lo cual no era de extrañar visto el cariz de los incendiarios, que se autodenominaban patriotas.
Fueron superados masivamente en número por la gente digna y pacífica que se manifestaron en contra del racismo en sitios como Brighton y Walthamstow. En términos puramente numéricos, la enorme multitud de gente decente debió parecer aterradora desde la perspectiva del típico alborotador racista.
Más cerca, en tierras toledanas se intentaron difundir bulos similares ante otro apuñalamiento. Afortunadamente no se llegó a nada parecido a lo del Reino Unido. Pero no hay que bajar la guardia, porque los fabricantes de pólvora han preparado un auténtico polvorín, sobre el que estamos sentados, y hemos visto que quieren utilizarlo desesperadamente.
@Krakenberger
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