Fue un gesto que trajo mucha cola, que indignó a la afición de la Real, y que sigue dando que hablar. Vinicius, jugador del Real Madrid, se echó el dedo índice a los labios como mandando callar a la Grada Familiar de Anoeta, donde están ubicados muchos socios txuri-urdin muy jóvenes, al anotar de penalti el primer gol del cuadro blanco del sábado pasado en Anoeta. Dos días después, su entrenador, Carlo Ancelotti, y su capitán, Daniel Carvajal, justifican esa reacción, pese a representar un muy mal ejemplo para los niños que lo vieron in situ y por televisión.

«Es una reacción a una acción que es muy mala, muy fea», dijo Ancelotti en la previa del encuentro de Champions del Madrid contra el Stuttgart, dirigiendo el dedo acusador en este caso a la afición de la Real Sociedad. «Es una acción que pasa y ha pasado muchas veces aquí, contra él», sigue justificando el técnico transalpino. «Son insultos desde el principio y creo que nadie lo puede aguantar, yo tampoco lo podría aguantar», espeta el entrenador, que en alguna ocasión sí ha reprendido al futbolista brasileño por su comportamiento. «El hecho de que se ponga el dedo a la nariz es bastante normal por todo lo que está pasando», remata.

«Cuando a uno lo pinchan, sangra»
Carvajal, por su parte, no vio el gesto, pero sí lo que presuntamente lo originó. «No sé a qué gesto te refieres», fue su primera reacción ante la pregunta del informador. «Desde dentro vimos insultos hacia Vini y al final, cuando a uno lo pinchan, uno sangra», fue su manera de justificar la reacción de su compañero encarado con la grada. «Es normal que responda ante estas situaciones con determinados gestos porque no se le deja tranquilo», justifica.

Carvajal agarra asimismo la bandera de la lucha contra el racismo en el fútbol: «Yo he sido claro y tajante como capitán del Madrid y como uno de los capitanes de la selección en el tema Vinicius o ante cualquier insulto racista a un jugador de color en nuestra Liga; se deben evitar estos episodios en los terrenos de juegos y si hay que elaborar protocolos más duros como para que se erradiquen, bienvenidos sean», manifiesta el lateral derecho merengue.