En lo que llevamos de 2024 han llegado a las costas italianas cruzando el Mediterráneo Central 44.676 migrantes, un 65% menos que en el mismo período del año anterior, cuando fueron 128.815. Con el objetivo de conocer de primera mano los motivos de esta «reducción drástica», según él mismo reconoció, el primer ministro británico, Keir Starmer, se reunió este lunes en Roma con su homóloga italiana, Giorgia Meloni, que estaba encantada explicarle a un dirigente en las antípodas ideológicas como el laborista londinense las claves de esta disminución en los desembarcos.

Aprovechó además la líder derechista para poner como un ejemplo a seguir en Europa el polémico acuerdo con Albania para abrir dos centros de acogida en el país balcánico para los inmigrantes que tratan de llegar a Italia. Estas dos infraestructuras deberían estar funcionando desde antes del verano, pero su apertura sigue retrasándose y no estarán operativos hasta dentro de algunas semanas, según confirmó Meloni.

«Estamos de acuerdo en la necesidad de intensificar la lucha contra los traficantes de seres humanos y en que no hay que tener miedo de explorar soluciones nuevas», aseguró la jefa del Ejecutivo de Roma en su comparecencia conjunta con Starmer. El antecesor del actual primer ministro, el conservador Rishi Sunak, ya se anticipó a la iniciativa italiana con Albania al impulsar una controvertida ley para enviar a Ruanda a los migrantes que habían entrado en Reino Unido de manera irregular.

‘Plan Ruanda’
Aunque Starmer aseguró tras su toma de posesión que el llamado ’plan Ruanda» estaba «muerto y enterrado» con la llegada al poder de los laboristas, no le pareció nada mal un acuerdo muy similar en su esencia como el alcanzado entre Roma y Tirana. «Hemos hablado del modelo Albania, que todavía no está operativo ni conocemos su resultado. Pero hemos hablado del concepto», reconoció el premier británico, subrayando la importancia de atajar la inmigración irregular desde el origen.

«Siempre he afirmado que es mejor prevenir que gestionar a los migrantes», dijo, para reivindicar a continuación su supuesto «pragmatismo». «Hablamos con nuestros amigos y aliados de las diversas posturas adoptadas, de lo que funciona y de lo que no funciona. Es la postura que hemos adoptado hoy», remarcó. Encantada del respaldo británico, Meloni sacó pecho por el acuerdo firmado con el primer ministro albanés, Edi Rama, al considerarlo «clave» para afrontar «de manera diferente» el desafío migratorio.

«Es un elemento disuasorio a la hora de ponerse en manos de las organizaciones criminales», aseguró la primera ministra italiana. Al ser preguntada por las garantías de que se respeten los derechos de los migrantes en los campamentos de acogida de Albania, Meloni destacó que en esos centros se aplicará «la jurisdicción italiana y europea».

Los mandatarios británico e italiano también hablaron sobre los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, sin que la líder de Roma se comprometiera a dar luz verde para el uso de misiles de largo alcance en Rusia por parte de las fuerzas de Kiev, como le habría pedido Starmer.