Por qué es imposible detener la inmigración irregular

El incremento en las llegadas de migrantes a España y el auge de la ultraderecha en Alemania reactivan el debate sobre el imparable flujo de personas que buscan una vida mejor

Diario Vasco, Zigor Aldama, 05-09-2024

Cabe la posibilidad de que el año concluya con un récord de llegadas de inmigrantes irregulares a España, sobre todo en Canarias y Ceuta. Y lo que es un problema tan evidente como urgente, sobre todo en aquellos lugares donde la infraestructura de acogida reventó hace ya tiempo, se convierte en un arma arrojadiza para los políticos, que dicen y se desdicen según les conviene en cada momento. Francisco Candil, viceconsejero de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, es honesto: «La política no está a la altura de esta situación, que se ha asumido como un asunto más para arrojarse todo tipo de improperios, obviando que es una crisis humanitaria y que como tal se tiene que solucionar».

Mientras tanto, el drama continúa y, más preocupante aún, nadie busca solución al fondo del problema, que no se encuentra tanto en Europa como en África. Lo explica muy bien el antropólogo social Jesús Prieto Mendaza, que demanda inversiones en origen para desarrollar el continente y evitar que la huida sea la única esperanza de una vida mejor, a la vez que reconoce el problema de integración que representan los inmigrantes irregulares, sobre todo los menores no acompañados. «Europa no puede acoger a todos los africanos que quieren entrar en ella», sentencia en una frase que parece de sentido común.
Desafortunadamente, esta compleja coyuntura se aborda únicamente desde el simplismo de los extremos ideológicos: desde el odio racista de la ultraderecha y el «buenismo Disney» de la ultraizquierda. Sucede en toda Europa y explica en parte el auge de la primera, sobre todo porque es la única que promete soluciones aunque sean impracticables mientras la segunda se limita a tachar de facha a cualquiera que muestre su disgusto e incluso mera preocupación por la situación.

Mientras tanto, la cooperación al desarrollo en África naufraga y solo aspira a poner parches, porque la corrupción endémica de los gobiernos en países de desarrollo, el negocio en el que se ha convertido muchas veces el Tercer Sector, y un cambio en el orden mundial que impulsa el protagonismo de China en el continente no permiten ir más allá.

Por eso, hoy nos centramos en esta coyuntura internacional que, una vez más, nos salpica aunque creamos que queda muy lejos.

Estos son las dos perspectivas que abordaremos:

La migración irregular no tiene solución.

La ultraderecha gana en Alemania y nadie se sorprende.

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