La imagen que dejó hace algo más de una semana la playa de El Tarajal, en Ceuta, en la que decenas de miles de marroquíes, entre ellos menores, cruzaron la frontera a nado, confirma la grave crisis migratoria que sufre nuestro país, especialmente Canarias y Ceuta desde hace unos meses y que se ha recrudecido este mes de agosto. En la última quincena, han llegado de forma irregular a la ciudad autónoma 312 personas y suman ya un total de 1.917 en lo que llevamos de año. Una cifra que supera con creces la del mismo periodo de 2023, cuando se registraron 650 entradas por vía terrestre a la ciudad de Ceuta, un 194% más. Así lo refleja el último balance de inmigración que publica de forma quincenal el Ministerio del Interior.

Entre enero y agosto de este año han llegado a nuestro país 35.456 inmigrantes irregulares tanto por vía marítima como terrestre. Sin embargo, prácticamente todo el peso recae sobre Canarias y Ceuta, que reciben el 77% del total. A las islas han llegado un total de 25.524 ilegales, lo que supone un incremento del 123 % respecto a los ocho primeros meses de 2023, lo que certifica un verano récord. Este goteo incesante de personas migrantes que llegan a España huyendo de sus países natales, principalmente de Marruecos, ha llevado al propio presidente del archipiélago, Fernando Clavijo, a abrir un “debate jurídico” con el Estado por la “dejación de funciones” que considera ante la falta de respuestas del Ejecutivo a sus recurrentes peticiones para buscar soluciones ante la grave situación. “El Gobierno de España no sé si lo tiene claro o no. Yo sí tengo claro que el Gobierno de España está dejando abandonada a Canarias y eso es algo que hay que transmitir”, ha alertado Clavijo este lunes en una entrevista en Canarias Radio. De no tomar medidas pronto, el propio Ejecutivo canario estima que llegarán 70.000 personas más hasta final de año, lo que dejaría un total de 90.000 migrantes en 2024, lo que supone casi triplicar aquel célebre 2006 de la crisis de los cayucos.