La Delegación del Gobierno se ha puesto manos a la obra para hacer el
trabajo sucio a Zapatero con la llegada de inmigrantes. Nadie discute el
derecho de esas personas a venir a Murcia. Es más, los murcianos, siempre
han sido buenos receptores a la llegada de esas gentes, y la convivencia
tampoco se ha roto más que en contadas ocasiones y a cuenta de los
delincuentes que llegan arropados en esos flujos migratorios. Por eso no
debe usarse la inmigración en la lucha partidista. No es ético y, además,
denota ciertos «tics» racistas y xenófobos. Pero lo que no debe hacer
ningún gobierno de turno es usar a los inmigrantes para romper los
equilibrios de acogida, so pena que se busque otra cosa que, a buen
seguro, nos estamos imaginando.