CRUZ MORCILLO

MADRID. Practicaron, navegaron y apresaron. La salida fue un éxito pero no estuvo exenta de riesgos. El martes una patrulla mixta hispano – mauritana rescataba dos cayucos con 185 inmigrantes a bordo, a cinco millas de Cabo Blanco, en aguas mauritanas. Los subsaharianos, todos varones, se dirigían a Tenerife; se habían desorientado tras salir supuestamente de Elinkine (Senegal) el pasado sábado, según informó la Guardia Civil. El helicóptero del Instituto Armado los localizó, pero a diferencia de ocasiones anteriores la patrullera española que vigila las costas de ese país desde mayo, la «Río Duero», no podía acudir al rescate – estos días está en Canarias en las revisiones de motor habituales y tras renovar la mayoría de su tripulación inicial – .

La alternativa fue recurrir a la patrullera «en prácticas», una de las cuatro embarcaciones donadas hace un mes por España a Mauritania para que la Gendarmería constituya su propio servicio marítimo de control de fronteras. Hace un mes que las embarcaciones llegaron a Nuadibú a bordo del buque de la Armada «Contramaestre Casado», junto a tres vehículos y material informático, pero hasta hace unos días han permanecido inactivas, según confirmaron fuentes de Interior.

La razón principal es la falta de personal cualificado. Ahora cuatro agentes se encargan de formar a los gendarmes que integrarán las tripulaciones de las patrulleras. Ya hubo un curso de cualificación impartido en mayo y junio a dieciocho miembros de la gendarmería en España para pilotos y mecánicos electricistas – en el marco del plan Atlantis – , pero el resto carece de formación.

La falta de medios es el pan de cada día y el principal «handicap» para la cooperación a la que aspira España. La pregunta de qué ocurrirá cuando acabe la tutela española es recurrente. De momento, la misión de la «Río Duero» programada para tres meses se ha ampliado otros tres en el marco de otro proyecto y aún no se sabe, por ejemplo, quién pagará en el futuro el combustible de las embarcaciones.

Senegal, a la expectativa

El rescate de los dos cayucos fue una «clase práctica» para una de las patrulleras, al mando de los agentes españoles. Las fuentes consultadas admiten que el patrullaje debería haber empezado antes, máxime con la avalancha de cayucos que ha tenido lugar este mes. No obstante, recuerdan las condiciones de países como Mauritania o lo que previsiblemente ocurrirá con Senegal, donde también patrullará la Guardia Civil.

El Gobierno de Dakar ha incumplido los acuerdos a los que ha llegado, de forma que cerrar la operación anunciada el lunes por el ministro del Interior para vigilar sus aguas no va a ser tarea fácil. La encomienda la tiene hoy el director general del Instituto Armado, Joan Mesquida, que viaja a la capital de Senegal.
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