BELÉN ELGUEA/
VITORIA. DV. Euskadi acogerá en breve un contingente de inmigrantes llegados de Canarias atendiendo a la demanda del Gobierno central que, estos días, última un protocolo de actuación con el Ejecutivo vasco para determinar no sólo el número de extranjeros sino también el plan de acogida. «Queremos que la acogida de los inmigrantes se haga de una forma organizada y que esté tutelada por la Administración para garantizar que esas personas vengan en condiciones de dignidad», indicó ayer el director vasco de Inmigración, José Roberto Marro.

De esta manera, se pretende evitar «cualquier distorsión» entre ambas administraciones, similar a la vivida en Cataluña, donde la Generalitat ha denunciado el envío de inmigrantes sin aviso ni garantía alguna de tutela. «Precisamente, eso es lo que pretendemos evitar, ya que nuestra voluntad puede ser infinita, pero nuestra capacidad de acogida tiene ciertos límites, pues queremos que las personas que vengan cuenten con unos mínimos de alojamiento», explicó Marro que, sin embargo, no quiso adelantar en qué márgenes de actuación se mueve el Departamento vasco de Asuntos Sociales en el que se circunscribe la Dirección de Inmigración.

Marro recordó que en el País Vasco no existe ningún centro de internamiento de extranjeros, por lo que, al igual que en otras comunidades autónomas, la acogida de los inmigrantes que sean trasladados desde Canarias deberá realizarse en pisos de acogida o a través de las redes municipales que disponen de alojamientos.

Orden de expulsión

Además de fijar el número de inmigrantes que acogerá la CAV, el Gobierno Vasco quiere que en el protocolo de actuación se aborde el tratamiento jurídico de los extranjeros que llegan con una orden de expulsión que no puede ser aplicada y que, a la vez, les impide acceder a un puesto de trabajo por estar en situación de irregularidad.

«Buscamos una interpretación más flexible del marco jurídico para que en el caso de que estas personas no sean expulsadas se puedan incorporar al mercado de trabajo», señaló el director de Inmigración. Marro recordó que, muchos casos, los inmigrantes terminan trabajando en situación de irregularidad, ya que «se incorporan a esas bolsas de trabajo que obedecen a las mafias que explotan a los trabajadores valiéndose de la economía sumergida».

Otro de los problemas añadidos a la inmigración es el creciente número de menores no acompañados que están saturando los centros de acogida canarios, por lo que el Gobierno de Zapatero está estudiando repartirlos por la geografía española. Marro se mostró reservado sobre este asunto ya que, tal y como indicó, dentro del reparto competencial de la CAV, el tema de los menores inmigrantes no acompañados corresponde a las diputaciones forales. «A ellas les corresponde pronunciarse a ese respecto», manifestó.

Para el responsable de Inmigración, el problema de fondo de la llegada masiva de inmigrantes reside en la «falta de desarrollo» de los paises africanos y la ausencia de «auténticas políticas de cooperación» que propician que la población de origen huya a otros paises más desarrollados.

Ante esta situación, Roberto Marro criticó que los gobiernos únicamente ofrecen soluciones policiales, ya sean, elevando cada vez más las murallas o incrementando el número de patrulleras en las costas, que, a su juicio, «no resuelven el problema de fondo porque el hambre va a buscar nuevas alternativas para ingresar en la Unión Europea».

En ese mismo contexto, cuestionó, una vez más, la Ley de Extranjería por plasmar una «cierta hipocresía» al contemplar una política de inmigración cero cuando, según aseguró el director de Inmigración, «la realidad y el mercado laboral demanda trabajadores».