Marcela García EspínolaMadrid
Madrid
Actualizado Lunes, 29 julio 2024 – 10:46
En España, según datos oficiales del Ministerio del Interior, hay más de 7.000 personas afectadas por la trata de seres humanos y explotación, la mayoría de ellas son esclavizadas para explotación sexual. Sin embargo, el gobierno solo ha clasificado a 294 personas como víctimas de este delito.

“Somos seres humanos, nadie se ofrece para ser esclava”, así lo cuenta una de las supervivientes de trata de mujeres a la APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida), que ha logrado reincorporarse a la sociedad laboralmente gracias a la institución que dirige la abogada y activista Rocío Mora.

Mora, quien ha recibido el título al Mérito Civil por parte del Rey Felipe VI por su trabajo como directora ejecutiva de la APRAMP, explica a EL MUNDO: “A partir del 2000 comenzaron a ser introducidas una gran cantidad de mujeres migrantes para ser explotadas sexualmente. Esto convirtió a España en un país de destino para este tipo de delito”

Hace 40 años no existía ningún marco legal que regulara este delito, por lo que Rocío Nieto, madre de Mora, fundó la APRAMP con el objetivo de rescatar y ayudar a estas mujeres .

Actualmente, la asociación se ocupa de las mujeres desde el momento de su rescate hasta su reinserción laboral, incluyendo la regularización de su situación administrativa en el país, con la intención de que puedan recuperar su vida y dignidad.

Según cifras de la organización, anualmente se detectan a más de 10.000 mujeres en situaciones de riesgo, de las cuales en 2023 solo 1.180 accedieron a un proceso de recuperación integral. Cabe destacar que el 98% de las afectadas son mujeres o niñas, lo que le pone rostro femenino a este delito.

Además, se trata de un delito internacional con grandes beneficios para los proxenetas, ya que, según datos de la ONU, la trata de mujeres es el segundo negocio ilícito más lucrativo en todo el mundo, así como el de mayor proliferación y movimiento de recursos económicos en el país.

Pero ¿qué ocurre cuando las mujeres no se identifican como víctimas? Rocío Mora explica que, en algunas ocasiones debido a que los proxenetas las invisibilizan y manipulan tanto, ellas creen que la situación en la que se encuentran es “merecida”. Por ello, en esos casos, es necesario que otras personas las ayuden a reconocerse en esta situación.

ASÍ ACTÚA LA APRAMP
“Lo peor de cuando estás ahí son las cadenas mentales que te atrapan e impiden que puedas ser tú misma, recuperar tu dignidad y tu personalidad”, relata una de las supervivientes de explotación sexual a la asociación.

Este tipo de situaciones las reconoce la APRAMP, que busca acercarse a las posibles afectadas y ofrecerles una forma de salir de la situación de explotación. Para ello, ha diseñado un proceso que empieza con la búsqueda de zonas en las que se podrían encontrar víctimas. Posteriormente, se realiza una visita con una unidad móvil para brindar información a más de 1.000 mujeres al día.

Voluntarias brindan información a más de 1.000 mujeres al día.
Voluntarias brindan información a más de 1.000 mujeres al día.APRAMP
Después las mediadoras de la APRAMP, supervivientes con formación especializada, establecen espacios de confianza con las víctimas en los que puedan compartir su historia común, así como enseñar las alternativas y oportunidades que la entidad ofrece. Luego, tras el primer periodo de recuperación, se les realiza un itinerario individual y un plan de acción personalizado.

“Debido a que son mujeres altamente vulnerables, necesitan una atención integral en la que se les ayude a sanar su salud física, social, psicológica y formativa” afirma Mora. En seguida se realiza la gestión de su itinerario de reinserción, en el que se busca que puedan valerse por sí mismas y ayudarlas a regularizar su situación administrativa.

Todo lo anterior se lleva a cabo mediante un procedimiento especializado para cada mujer, en el que se profundiza en su historia de vida, logrando así la reinserción laboral con la ayuda de empresas aliadas, subvenciones del gobierno y organizaciones.

“Actualmente, lo que más preocupa es la ‘trata de mujeres online’, ya que son reclutadas y vendidas en línea, lo que dificulta su localización debido a que están escondidas en pisos sin que nadie las vea” expresa Mora. La abogada destaca la importancia de que las infancias son especialmente vulnerables ante plataformas digitales y redes sociales sin vigilancia como TikTok.

SUPERVIVIENTES, CLAVE PARA EL ÉXITO
Para la APRAMP, las supervivientes son una pieza fundamental para que la organización funcione. Casi el 50% de las personas lograron ser reinsertadas en la sociedad y se forman especialmente para ayudar a otras. “Es más fácil que las mujeres confíen en una persona que ya pasó por eso, ya que solo ellas pueden empatizar y hablar con otras víctimas”, cita Mora.

Su experiencia y conocimiento de primera mano las hace clave en la colaboración con las autoridades, tanto para la persecución del delito como para la realización de un análisis sobre la trata y su participación en las propuestas de políticas públicas para la erradicación de esta explotación.

“Se puede salir de esta situación, duele, pero se puede lograr”, afirma Mora, quien explica que no se trata de un proyecto aliado, sino uno conjunto. “No trabajamos para ellas, trabajamos con ellas”.

Superviviente realiza trabajos de costura en uno de los talleres de reinserción laboral
Superviviente realiza trabajos de costura en uno de los talleres de reinserción laboralAPRAMP
“No es necesario cuestionar ningún testimonio de una mujer que sufre de trata. Convivo con ellas de igual forma que me gustaría que lo hicieran conmigo, que no me juzgaran y que me ayudaran a la brevedad”, afirma la directora de la APRAMP. “Es un privilegio poder atenderlas”.

MUJERES EN PELIGRO
Usualmente, los proxenetas salen de España para captar mujeres de otros países que estén en situaciones de vulnerabilidad y a las que se les pueda vender una promesa de una mejor vida. “El hecho de ser mujer ya te pone en riesgo” afirma la abogada.

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Según datos de la APRAMP, las víctimas son de diversas nacionalidades, pero las latinoamericanas van en aumento. Colombia, Venezuela y Uruguay son las más comunes, aunque continúan llegando mujeres de Rumanía y Nigeria. Esto es un dato que evoluciona constantemente, pero las condiciones en las que están llegando son preocupantes, porque las obligan a prostituirse por una deuda en su país de origen o por amenazas directas a su familia.

El trabajo de APRAMP es importantísimo para rescatar a las víctimas de trata “Lo fundamental es brindarles información para proteger a todas las personas de caer en redes de proxenetas, así como visibilizar esta problemática para que las autoridades dediquen sus esfuerzos a erradicar este delito”, concluye Mora.