uchos y sentidos aplausos sonaron ayer en el Principal: cuando se anunciaron los homenajeados y tras sus discursos, cargados de afectividad y compromiso con la ciudad, y de sincero agradecimiento por un reconocimiento que Xaquín Mato identificó como el mejor «agasallo» para su cumpleaños. Hoy hace los 74, dijo este bergantiñano que se declaró «picheleiro de toda a vida» tras más de 50 años en Compostela y al que la emoción interrumpió su discurso en más de una ocasión.

Le precedieron Miguel Fernández y Mabel Loza, también compostelanos de adopción, y Concha Losada con sendas intervenciones de agradecimiento colectivo. Él porque en este premio ve reconocidas también a «moitas outras persoas» que trabajan «na defensa das persoas empobrecidas e das migrantes», dijo antes de defender la iniciativa legislativa Regularización Xa, la mudanza de la legislación de extranjería, entre otras cosas, para evitar «a morte terrible de persoas tentando achegarse ás nosas costas», y de demandar «o remate do xenocidio de Gaza».

Losada hizo extensivo su agradecimiento a quienes promovieron el museo y a los donantes «que deixaron alí pezas benqueridas de si». Y, sobre todo, «ás almiñas de milleiros de galegos que co seu traballo ergueron o máis grande dos monumentos que temos, o da nosa identidade». Y Loza, una asturiana que logró «moitos soños» en esta ciudad «acolledora», como el de hacer «dende aquí», con su grupo —«co que comparto este e todos os premios»—, medicamentos y ensayos clínicos con 17 proyectos para necesidades clínicas no cubiertas, se comprometió a apoyar «sempre amenceres para esta marabillosa cidade».