Los voluntarios de Zaporeak no tienen vacaciones

La ONG guipuzcoana pone en marcha una iniciativa solidaria para conseguir fondos que financien la comida diaria de los refugiados en Lesbos

Diario Vasco, Diego Fernández Tortosa San Sebastián, 17-07-2024

‘Una comida al día para quien lo necesita’ es el lema que tiene la ONG guipuzcoana Zaporeak, que desde 2016 alimenta, durante todos los días del año, a los 3.000 refugiados de la isla griega de Lesbos. Pero para poder seguir dando de comer a todas esas personas han puesto en marcha una iniciativa solidaria que les permita recaudar fondos y seguir financiado sus proyectos.

La asociación cuenta con la presencia diaria de un total de 16 voluntarios, que están de manera constante en la isla. De ellos, seis son vascos que van cada tres semanas. Otros seis son trabajadores independientes y los demás forman parte de la población refugiada, que también colabora a cambio de una nómina.

Desde que en octubre consiguieran por primera vez llegar a cocinar 3.000 raciones, se han marcado un nuevo objetivo: seguir con estas cifras durante todo lo que queda de año. Aunque de momento estén cumpliéndolo, están empezando a encontrarse algunos problemas. «Son muchos esfuerzos y mucho dinero para pagar los fuegos, las nóminas…», explica Helena Ruiz de Azúa, responsable de comunicación de la ONG. Pero, además de estos costes, también necesitan dinero para financiar lo que les cuestan los menús. Varían entre el euro y el euro y medio, y contienen arroz, una pieza de fruta y productos como alubias o verduras.

Para conseguir financiación, Zaporeak ha iniciado un proyecto con Cellars Art and Fashion. Este consistirá en la subasta de botellas de vino, cava o txakoli, que serán diseñadas por personalidades del arte, la moda o la gastronomía. Algunos de los confirmados son los cocineros Juan Mari Arzak y Pedro Subijana, o el escultor Iñigo Manterola. La presentación del proyecto tuvo lugar este martes en el Hotel María Cristina y participaron el presidente de Cellars, Ramón Vera, Helena Ruiz de Azúa y Elena Arzak.

Los recipientes deben cumplir dos condiciones: no ser de ninguna marca comercial y que tengan capacidad para 750 mililitros. La subasta, donde cada una partirá de un precio de 2.500 euros, tendrá lugar en enero. Los fondos se destinarán a Zaporeak ya que, para Vera, era importante que «tuviera un uso social». Asimismo, desde la asociación recuerdan que cada botella ayudará «a dar de comer un día» a los refugiados de Lesbos.

La subasta servirá para financiar las comidas en el campo de Kara Tepe, donde viven en unas condiciones que convirtieron la convivencia en una emergencia «crónica». «Todo está vallado y viven en containers o carpas de plástico. No les dejan cocinar y muchos niños llevan años sin ir al colegio», explica Azúa.

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