Abogado Fundación Profesor Uría José Alberto Navarro:

«Los servicios canarios no pueden atender a tanto niño; hay que ayudar»

El letrado catalán relata la odisea de la camerunesa que llegó a Donostia con una hija sin papeles a la que no podía escolarizar

Diario Vasco, Oskar Ortiz de Guinea San Sebastián, 10-07-2024

El abogado José Alberto Navarro participó ayer en una mesa redonda del curso de verano organizado por Iker Barbero (UPV) y Cristina Manzanedo (Programa Ödos). A través de esta entidad cordobesa, llegó a su despacho Uría Menéndez el caso de una camerunesa que llegó a Donostia tras cruzar en patera con una hija de tres años que nació en plena travesía migratoria, en Marruecos. Sin papeles, ni derecho a nada. El caso acabó en los juzgados de Gipuzkoa, que flexibilizaron la ley para dictar una sentencia ejemplarizante.

– ¿Puede resumir este caso?

–Que lleguen personas en patera sin papeles es algo frecuente, pero a través de algunas gestiones en sus países de origen se acaban consiguiento los documentos: pasaportes, partidas de nacimiento… El problema de esta niña es que no tenía un solo papel. Nació al sur de Marruecos en una casa particular sin médicos ni comadronas, así que no hay partida de nacimiento en un hospital y la madre no fue al consulado de Camerún porque estaba a 500 kilómetros y temía que si ibaa las autoridades marroquíes le fueran a quitar a su hija. Cuando la niña tenía tres años, cruzaron en patera a Andalucía. La madre vino con su pasaporte y luego obtuvo un permiso de residencia, pero la hija no existía a ojos de ninguna administración.

– La única prueba era el testimonio de la madre y, lógicamente, no bastó en el padrón.

– Como la niña no tiene documentación, no hay nadie que le pueda expedir un pasaporte, ni un registro. Cuando va al padrón de San Sebastián no la empadronan, claro, porque la niña no existe jurídicamente, aunque sea real. Y a partir de ahí, no puede acceder a los servicios públicos.

– ¿Qué hicieron?

– Toda una estrategia para intentar construir esa identidad de la niña, documentarla. Lo primero fue acudir a Camerún, donde su ley dice que el hijo o hija de una madre camerunesa será camerunés. Pero no se podía acreditar que fueran madre e hija, porque para ello debían ir a Camerún pero sin papeles la niña no podía dejar España. El consulado no era competente porque la niña no había nacido en España, y nos dijo que fuéramos a Marruecos. Y aquí, no tenían constancia de nada. Así que intentamos restablecerla en España, pero sin éxito. Ni en el padrón, ni el registro civil… Pedimos que se le inscribiera como española porque se estaban vulnerando los derechos fundamentales de una niña.

Emabarazos en tránsito
«No es infrecuente que una mujer africana llegue a Europa tras dar a luz en un tercer país en el que su hijo no está registrado»
– Y acuden a la vía judicial…

– España nos dice que se ocupe Camerún, y como esto no era posible, abrimos un proceso judicial de protección de los derechos fundamenteles ante el juzgado de primera instancia número 5 de San Sebastián. Tras exponerle el caso al juez, y demostrar que se habían hecho todos los intentos posibles con Camerún y Marruecos, la niña era apátrida y la única opción de velar por sus derechos suponía un esfuerzo genuino. Porque la niña no es española, pero va a seguir viviendo en Donostia, sin poder acceder a un colegio, a una sanidad… pese a los esfuerzos de su madre. Y ante esto, solo cabía interpretar la ley española de conformidad con los derechos fundamentales del niño y del derecho internacional, y el juez termina aceptando que se le reconozca la nacionalidad española porque es la única forma de acabar con un limbo. La abogacía del Estado apeló, pero la Audiencia Provincial de Gipuzkoa confirmó el fallo. Fue importante el apoyo del Ministerio Fiscal, que vio que la solución era una interpretación flexible de la ley.

– ¿Esperaba un éxito así?

– El primer día en el juzgado tuve una sensación contradictoria: era consciente de que la ley me decía que iba a perder el caso, pero a la vez sabía que no podía perderlo y apelaría hasta el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Pero me tope con cuatro buenos jueces en Gipuzkoa y la lucha fue más breve. Ahora, esa niña va al colegio, habla euskera y tiene un pediatra.

Menores no acompañados
«Empatizo con todas las personas que trabajan en Canarias, y hay que darles recursos que velen por esos menores»
– Este caso se ha tomado como modelo para otros posteriores…

– Desde esta sentencia, he tenido como conocimiento directo o indirecto de entre ocho y doce casos. Por ejemplo, el de mi compañero Fran Morenilla en Roquetas de Mar, en Almería. Otro en Montilla, otro en Francia… No es tan infrecuente que una mujer africana llegue a Europa tras dar a luz en un tercer país en el que su hijo no está registrado.

– ¿Se puede acceder a las instituciones sin un abogado?

– Es complejo. Y una consecuencia es la invisibilidad de estas personas, que tienen pocos recursos y situaciones de vulnerabilidad difíciles. Un equipo de siete abogados estuvimos más de tres años con este caso.

– ¿En estas situaciones prevalece la ley de extranjería respecto a los derechos del menor?

– El interés superior debería ser los derechos fundamentales del menor, pero suelen venir en familia y se topan con los filtros de extranjería, que chocan con esos derechos.

– ¿Qué opina de la cita por el reparto entre las autonomías de los menores llegados a Canarias?

– Los servicios públicos canarios no están dimensionados para atender a tantos niños. Los temas de infancia requieren muchos recursos. Empatizo con las personas que trabajan allí, y hay que darles recursos que velen por esos menores.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)