Francia pone a prueba el cordón sanitario a la ultraderecha con máximos de participación en la segunda vuelta electoral
La asistencia a las urnas hasta las 17 horas es del 59,71 %, la cifra más alta desde los comicios de 1981
La Voz de Galicia, , 08-07-2024a tasa de participación en la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia de este domingo se situó en el 59,71 % a las 17.00 horas, la cifra más alta desde los comicios de 1981, informó el Ministerio del Interior. El éxito de convocatoria ya se viene advirtiendo desde primera hora y se constató con los primeros resultados de participación a las doce del mediodía. Para entonces ya habían votado el 26,63 % del electorado, que también era el índice más elevado para una segunda vuelta a esa hora desde 1981. Mientras que en las elecciones de hace dos años, el índice de participación a esta hora fue del 38,11 , añaden los datos de Interior,informa Efe. Además los datos superan incluso la elevada asistencia registrada en la primera ronda, que hasta el mediodía tenía una tasa de participación del 25, 9 y hasta las 17 horas, del 59,39 %.
Algunos de los principales actores políticos franceses han depositado ya su papeleta, como el presidente Macron, acompañado de su mujer Brigitte, en su correspondiente circunscripción de Touquet, en el Paso de Calais, y el primer ministro, Gabriel Attal, que podría acabar perdiendo el cargo si la ultraderecha consigue una difícil mayoría absoluta. También votó el líder de la formación conservadora Los Republicanos, Éric Ciotti. Al igual que el expresidente del país François Hollande, que se presenta a los comicios bajo la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular.
Los ciudadanos franceses están llamados este domingo de nuevo a las urnas para la segunda vuelta de unas elecciones legislativas que no solo marcarán el futuro inmediato del país, sino que terminarán de poner a prueba el marco político que ha regido Francia durante estas últimas décadas, en las que ha habido un claro cordón sanitario frente a la ultraderecha.
El presidente, Emmanuel Macron, anunció la convocatoria electoral cuando apenas habían cerrado los colegios electorales tras los comicios europeos. En dicha votación, Agrupación Nacional arrasó con más de un 30 % de los votos, lo que para Macron justificaba pulsar de nuevo la opinión ciudadana con una renovación de la Asamblea que no tocaba, teóricamente, hasta 2027.
La mera convocatoria desató un terremoto y las opciones de la ultraderecha de alcanzar por primera vez el poder movilizaron a los franceses, a un lado y al otro del espectro político. La participación en la primera vuelta, el pasado domingo, superó el 66,7 %, casi 20 puntos más que en 2022.
Agrupación Nacional, que se presentó coaligada con Los Republicanos, tradicional bastión del centro-derecha, logró por primera vez imponerse en unas elecciones legislativas. Obtuvo uno de cada tres sufragios válidos, frente al 28 % del Nuevo Frente Popular (NFP) de formaciones de izquierdas, entre ellas el Partido Socialista (PS) y La Francia Insumisa (LFI).
Juntos, la coalición que representa a los aliados de Macron, quedó relegada en tercera posición, con un 21 por ciento, confirmando lo que ya venían anticipando los sondeos, que el órdago lanzado por el presidente le abocaría previsiblemente a la «cohabitación» con un Gobierno de distinto signo político —la última vez que se produjo este fenómeno fue entre 1997 y 2002—.
Sin embargo, ninguna de las partes quiere dar por ganada o perdida la batalla. No en vano, el sistema electoral francés reparte los 577 diputados en circunscripciones uninominales, por lo que los porcentajes de votos no se traducen necesariamente en una cifra de escaños equivalente en términos proporcionales.
Además, en la primera vuelta solo se repartieron 66 escaños, para aquellos candidatos que obtuvieron una mayoría absoluta. Entre quienes ya tienen su sitio asegurado figura la dirigente ultraderechista Marine Le Pen, que tiene garantizados otros 38 compañeros en la Cámara Baja del Parlamento.
Por su parte, el Nuevo Frente Popular obtuvo 32, en su mayoría para LFI de Jean-Luc Mélenchon, mientras que el bloque macronista se garantizó solo dos representantes, a la espera de poder amortiguar este domingo una derrota que previsiblemente le mantendrá en tercera posición.
MÁS DE 200 RENUNCIAS
El líder de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, aspira a ser primer ministro, si bien en esta etapa final se ha ceñido a su promesa de que solo buscará encabezar el Gobierno si cuenta con una mayoría absoluta a su favor. Este umbral, el de la mayoría absoluta, es el que quieren evitar a toda costa sus rivales, a sabiendas de que una de las opciones alternativas es la ingobernabilidad.
Por este motivo, tanto el Nuevo Frente Popular como Juntos acordaron retirar a sus respectivos candidatos en aquellas circunscripciones en que hubiesen quedado terceros, para aglutinar votos y hacer un frente común a la ultraderecha. Macron habló ya en la noche de la primera vuelta de una «gran concentración democrática».
Más de 200 candidatos han cumplido esta consigna y se han retirado, si bien la polémica ha estado servida por la reticencia de varios aspirantes macronistas de hacerse a un lado, principalmente por sus reticencias a secundar candidaturas vinculadas a LFI. Catalogan al partido de Mélenchon de extrema izquierda y equiparan por tanto los riesgos que representa a los de Agrupación Nacional.
También la ultraderecha ha tratado de agitar en campaña el nombre de Mélenchon para advertir de que sería él el primer ministro de un hipotético gobierno de izquierdas, pese a que tanto él como los partidos afines lo han desmentido. El Nuevo Frente Popular se presenta sin un líder claro, en contra de Agrupación Nacional y de Juntos, que quiere mantener en el cargo a Gabriel Attal.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, antes de depositar su voto en la urnaEl primer ministro francés, Gabriel Attal, antes de depositar su voto en la urna ALAIN JOCARD / POOL | EFE
París, teme por el resultado en Francia
La segunda vuelta de las elecciones legislativas anticipadas se desarrolla sin incidentes en el corazón de París, una ciudad favorable a la izquierda en estos comicios donde muchos vecinos manifiestan temor por el resultado, que, según los sondeos, dejará a la ultraderecha de Marine Le Pen en cabeza en Francia.
«Por el momento no se ha señalado ningún incidente» y la elección transcurre en «buenas condiciones», indicó a Efe Elie Beauroy, director general del Ayuntamiento en París Centro, que incluye los distritos 1, 2, 3 y 4. Allí, este domingo se nota menos bullicio electoral porque solo la mitad de los vecinos tienen que ir hoy a las urnas, ya que en el resto de circunscripciones ya quedó asentado un candidato vencedor en la primera vuelta, al obtener más del 50 % de los votos (y al representar ese apoyo un porcentaje superior al 25 % de los electores inscritos en el censo).
De hecho, de las 18 circunscripciones en las que se divide la capital —que no coinciden exactamente con los 20 distritos en los que se divide, ya que se organizan en función de la población—, la mitad quedó sentenciada en la primera vuelta y todos los diputados cayeron del lado de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP).
Dentro de un mapa francés mayoritariamente favorable a la ultraderechista Agrupación Nacional (RN, siglas en francés del partido de Marine Le Pen), las grandes ciudades como París son una excepción e incluso en las circunscripciones urbanas que aún quedan por decidir, la mayoría se dirimen entre los candidatos del centro macronista y los del NFP.
Por eso, muchos de los vecinos de París que acudían hoy a los colegios electorales manifestaban temor y desazón por una posible victoria de RN.
«Personalmente tengo miedo. Temo a que las desigualdades se refuercen, que el odio suba, que las minorías estén en peligro», afirmaba a Efe, tras haber depositado su voto en el colegio electoral instalado en el Ayuntamiento del segundo distrito de París, Maxime Mouly, un joven vecino de la capital.
Para Clara Sammon, que acudió con Mouly a media mañana, convocar estas elecciones anticipadas fue una apuesta muy «peligrosa» por parte del presidente Emmanuel Macron, ya que los resultados de las europeas de junio, con victoria clara del partido de Le Pen ,dejaban claro que votar ahora era abrir la puerta a la ultraderecha.
«Yo siempre he votado a la izquierda y ver a la derecha tener tanto poder y tener tantos votos es terrible para mí. Ver que el racismo se convierte como normal en la sociedad para mí es algo que odio. Por eso voy a votar cada vez que puedo y uso mi derecho civil para intentar ir a en contra de eso», manifestaba, también en el segundo distrito parisino, Celeste Jacquemin.
Esta última vecina de París, en cualquier caso, valoró positivamente que la sociedad pueda expresarse en las urnas, pero el auge de la ultraderecha requiere de pedagogía política, ya que siente que «la ignorancia» y la falta de transparencia en los medios no ayudan. Los colegios abrieron a las 8.00 horas y estarán abiertos hasta las 18.00, aunque en las grandes ciudades no cerrarán hasta una o incluso dos horas más tarde.
Será a partir de las 20.00 horas cuando se empiecen a conocer las primeras estimaciones de las empresas de sondeos sobre cómo quedará la futura Asamblea Nacional.
Más de 87.000 personas están llamados a votar en España por las elecciones francesas
Más de 9.000 franceses están llamados a votar en Madrid este domingo, 87.000 en toda España, en la segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia, en las que la ultraderecha de Marine Le Pen parte en cabeza. Estos 87.000 franceses podrán acudir a las urnas de las diferentes sedes distribuidas por todo el territorio español, como es el caso de Sevilla, Córdoba, Bilbao o, entre otras, Madrid, la cual contó con el 38 % de participación en la primera vuelta de las elecciones.
El candidato a diputado de la Asamblea Nacional de Francia por la 5ª circunscripción de los franceses en el extranjero, es decir, España, Stéphane Vojetta, ha estado presente en el Liceo Francés de la capital y ha destacado que en estas elecciones busca revalidar su mandato.
Vojetta ha asegurado que estas selecciones son «fundamentales para la defensa de los valores» del país, por lo que, para el candidato, «lo que pase hoy en las urnas será determinante para Francia», según informa Efe.
Georges, tras vivir 30 años en España y quien ha acudido a las urnas este domingo, ha puesto en valor la necesidad de votar en estas elecciones en concreto y se ha mostrado preocupado tanto por la situación política como la de la sociedad francesa.
Esta segunda vuelta elegirá a 501 diputados en competiciones individuales en cada circunscripción, después de que 76 candidatos ya lograron ser elegidos en la primera vuelta del domingo 30 de junio al alcanzar al menos el 50 % de los votos. La ultraderecha de la Agrupación Nacional (RN) y sus aliados lograron una holgada victoria en la primera vuelta, con un 33,3 % de los votos y 39 diputados ya elegidos, frente al 28,2 % del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierda (31 escaños) y el bloque macronista de centroderecha (20 % y dos diputados).
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