Fue el protagonista del proceso de regularización masiva de hace algo más de un año. Apadrinó entonces el «papeles para todos» como la solución al endémico problema de la inmigración. En realidad, aquella decisión del ministro del ramo fue el gran detonante de la situación actual. De aquellos polvos llegan hoy los lodos en forma de la marea inacabable de cayucos. Y ahora, justo ahora, Jesús Caldera no aparece. Sigue en paradero desconocido en una espantada de lo más inoportuna.