El «chantaje» de Senegal al Gobierno de España tuvo éxito, según dice la prensa de Dakar
ABC, 23-08-2006BERNARDO SAGASTUME
SANTA CRUZ DE TENERIFE. El diario de Dakar «Walf Fadjri» tituló ayer así su crónica sobre la visita del ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, a Senegal: «El chantaje de Dakar sobre Madrid paga: dos patrullas, un helicóptero, 50 motocicletas de playa y 20 vehículos «pick up», esperados en Dakar».
La visión de la prensa senegalesa sobre el viaje del pasado lunes de las autoridades españolas se explica por la frecuente posición de dureza del Gobierno de este país africano, reticente a asumir compromisos bilaterales o firmar convenios internacionales.
«Walf Fadjri» hace notar el fracaso de la primera reunión entre Rubalcaba y su homónimo de Senegal, Ousmane Ngom, que en seis horas «no lograron la firma de ningún memorándum», una instancia que obligó a desplazarse hasta la sede del máximo responsable del Ejecutivo, el primer ministro, Macky Sall, donde finalmente se pudo avanzar, al menos, en el objetivo de patrullar de manera conjunta las costas.
El rotativo senegalés, en su misma edición de ayer, también destaca la creciente inquietud entre los líderes religiosos ante el recrudecimiento de la emigración ilegal. Así, consigna que Serigne Mouhamadou Lô Ngabou, uno de los morabitos de Senegal, señaló en un acto público que el fenómeno de la emigración clandestina «es la consecuencia de la desesperación total de la juventud senegalesa», en abierta crítica al Ejecutivo.
La creciente implicación de los líderes religiosos en lo que en el país africano se vive como un verdadero drama social fue también confirmada a ABC por Seiko Mamoudou, un senegalés residente en Canarias que sirve de vínculo entre las autoridades isleñas y los máximos sacerdotes del culto. «Van a hacer una gira por todo el país y hablarán con los padres de los chicos para que no viajen en cayucos, para que traten de venir sólo legalmente», señaló ayer. La gira, indicó, será sufragado por los propios religiosos.
«Lo van a pagar de su propio bolsillo, es algo que hacen por su cuenta, porque saben que son los únicos que pueden tener un papel importante en esto. El pueblo los escucha», dijo además.
Los morabitos («marabouts», en francés) son considerados, en el culto musulmán del África occidental, como iluminados. Un morabito, aunque hay facciones de su propia religión que no los reconocen, es una persona a la que se atribuyen poderes múltiples, sobre todo en la región subsahariana.
«Las mismas autoridades civiles y los políticos, cuando necesitan lo que sea, acuden a ellos. Si no, su mensaje no llega», apuntó Mamoudou, que fue hace dos semanas quien propició el encuentro en Tenerife entre las autoridades autonómicas y el morabito de Tijani, Mouhamadou Manssur Barro.
Mamoudou, que trabaja como intérprete para la Justicia y la Policía, aseguró que le ha aconsejado al Gobierno de Canarias que acuda a los morabitos, «porque son los únicos que pueden apretar al Ejecutivo de Dakar».
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