EL RETO DE LA INMIGRACIÓN
El síndrome del inmigrante en la cuneta
Mossos y agricultores dan clase a los temporeros sobre los riesgos que corren cuando se desplazan por la calzada
La Vanguardia, 23-08-2006JAVIER RICOU – Mollerussa
Pagesos Solidaris reparte 2.000 placas reflectantes en los albergues de Lleida
Después de sobrevivir a las frágiles pateras o de cruzar océanos en busca del sueño europeo no puede haber final más absurdo que el de encontrar la muerte en una cuneta. Los inmigrantes se han convertido en un blanco perfecto en aquellas carreteras que recorren a diario, a pie o en bicicleta, en las zonas donde trabajan como temporeros. Para reducir el riesgo de atropellos la Fundació Pagesos Solidaris, en colaboración con Trànsit y Mossos, acaba de iniciar una campaña en todos los alojamientos de temporeros que hay en Lleida para inculcar a estos extranjeros las normas básicas que debe seguir un peatón a la hora de prevenir accidentes.
Gabriel, Henri, Jairo y Fidedigno son cuatro del medio centenar de temporeros que el lunes acudieron a la primera de las charlas programadas en uno de los barracones levantados en una empresa frutícola del Pla d´Urgell. Son colombianos, como la mayoría de los inmigrantes que trabajan en esta industria, aunque también hay rumanos.
La clase, impartida por un agente de los Mossos, parece sacada de uno de aquellos programas de televisión en el que la rana Gustavo o los entrañables Epi y Blas ilustraban a la audiencia sobre la diferencia que hay entre “arriba y abajo” o “dentro y fuera”.
“¿Cuándo somos un peatón?”, pregunta el agente. Silencio en la sala. “Somos un peatón cuando caminamos por la carretera – continúa el mosso- y también cuando empujamos, por ejemplo, un cochecito de bebé”. “¿Y por dónde debe circular el peatón?”, vuelve a preguntar el agente. Ahí da en el clavo, pues acabada la clase Gabriel y sus compatriotas colombianos explican que en su país siempre han caminado por el lado derecho de la calzada. La lección ha servido para mucho. “La verdad es que es más lógico andar por el arcén izquierdo porque así ves a los coches que vienen de frente por el mismo lado, pero nosotros siempre lo hemos hecho al revés”, se disculpa Gabriel.
Estos extranjeros deben entender que los conductores que circulan por las carreteras que ellos frecuentan estos meses de verano no están acostumbrados a encontrarse con peatones por las carreteras, tal como ocurre en la mayoría de los países de los que proceden.
“¿Y la noche? De noche no nos ven”, sentencia el mosso. La Fundació Pagesos Solidaris ha repartido unas 2.000 placas reflectantes ofrecidas por Trànsit en los alojamientos de inmigrantes de Lleida. “Hay que llamar la atención de esos conductores y la mejor forma es llevar esa placa colgada en el bolsillo derecho del pantalón o usar linternas o chalecos que nos hagan visibles en la carretera”, alecciona el agente.
Otra parte fundamental de la clase se centra en diferenciar lo que es una carretera y una autovía o autopista. Por las dos últimas está prohibido caminar e ir en bicicleta, algo que muchos de estos inmigrantes desconocen. La bicicleta y los ciclomotores ocupan también un lugar destacado en las charlas, por ser los medios de transporte más empleados por los temporeros. Los que los usan confiesan que raras veces utilizan el casco y el mosso insiste en la necesidad de llevar también cascos reflectantes que los hagan visibles de noche.
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