LEGISLATIVAS EN FRANCIA

El ascenso ultra amenaza a la UE: "Quieren debilitarla desde dentro"

Mientras la extrema derecha europea jalea los resultados de Le Pen, las fuerzas progresistas hablan de una situación muy preocupante

El Mundo, María Zornoza Bruselas Bruselas, 02-07-2024

Si Francia estornuda, la UE se resfría. Y las señales que llegan desde la grandeur francesa preocupan y mucho en Bruselas. El segundo motor económico de la Eurozona y única potencia nuclear del bloque comunitario podría contar el domingo con el primer gobierno de extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial, lo que se traduciría en una dolorosa bofetada para una Unión Europea que atraviesa uno de sus momentos más complicados.

Cuando Emmanuel Macron llegó al Elíseo por primera vez en 2017 lo hizo con un discurso profundamente europeísta. El pulso con Marine Le Pen tenía mucho que ver con sus diferentes visiones sobre Europa. La líder del por entonces Frente Nacional ahora rebautizado en Agrupación Nacional (RN) llevaba en su programa la promesa de sacar a Francia del euro y celebrar un referéndum para abandonar la UE. Siete años después, la misma Le Pen ha transformado sus siglas y modulado su visión sobre la Unión, pero el hecho de que alcance la mayoría en la segunda vuelta de las elecciones legislativas del próximo domingo genera no poca inquietud en los pasillos del poder de la capital comunitaria.

Una de las lecturas que deja la primera vuelta es que, independientemente del desenlace final, el presidente de la república francesa ha quedado enormemente golpeado. ¿Por qué se ha desinflado el macronismo de forma tan aplastante? “La decisión de Macron de crear un partido de centro y debilitar al centro izquierda y al centro derecha parece haber resultado contraproducente. Su propia visión obstaculizaba muchas veces el compromiso con otros partidos políticos y con la sociedad francesa en general. Esto ocurrió en paralelo con la transformación de la derecha radical en un partido que ha cambiado su enfoque de ser anti-UE y anti-Islam a centrarse en las preocupaciones por el coste de la vida, haciéndolo más aceptables a audiencias más amplias como las mujeres y los votantes jóvenes”, analiza para EL MUNDO la experta Elizabeth Kuiper, experta del European Policy Center

Tras el shock provocado por la convocatoria anticipada de elecciones que se produjo tras el batacazo en las europeas, de momento, en Bruselas esquivan la bala. La Comisión Europea evita reaccionar. “Nunca hacemos comentarios sobre elecciones en los Estados miembros y esta vez no será una excepción”, ha expresado Eric Mamer, portavoz principal del Ejecutivo comunitario. Su silencio no solo corresponde a una máxima del Berlaymont de no inmiscuirse en asuntos domésticos, sino que en esta ocasión tiene una doble capa y responde a la estrategia de evitar pronunciar cualquier palabra que pueda añadir gasolina y ser interpretada por las fuerzas euroescépticas como una injerencia a la soberanía de las naciones.

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APLAUSOS
Quienes sí han aplaudido el ascenso meteórico de Le Pen son sus aliados ultraderechistas europeos. “Una victoria que podría cambiar Francia y Europa (…) Es el momento de hacer Europa grande de nuevo y Francia jugará un gran papel”, ha celebrado András Laszlo, eurodiputado húngaro del Fidesz. ¡Enhorabuena a Marine Le Pen y a Jordan Bardella por el soberbio resultado para las fuerzas patriotas. Los planes del macronismo han sido enterrados. Europa está despertando", coincide Hermann Tertsch, de Vox.

Mientras el centro-derecha guarda silencio, Pedro Sánchez ha reconocido ayer en una entrevista que está “en alerta”. “Los resultados son más que preocupantes. Ayer, la extrema derecha estaba a las puertas del poder. Hoy estas ya están abiertas”, apunta Iratxe García Pérez, líder de los Socialdemócratas en la Eurocámara. Una llamada a la que se suma desde Berlín la ministra de Asuntos Exteriores. “Nadie puede permanecer indiferente si en nuestro socio más próximo y mejor amigo, un partido que ve en Europa el problema y no la solución va con gran ventaja”, ha advertido Annalena Baerbock, en declaraciones que recoge AFP.

Uno de los hitos que deja la legislatura saliente de la UE es la caída del cordón sanitario, un hilo que está a prueba ahora en Francia. En las elecciones europeas de junio, las fuerzas de derecha radical consagraron un importante ascenso no solo en el motor galo, también en Alemania, Italia, Austria, Bélgica, Países Bajos o España. “La mayoría de estos partidos quieren debilitar a la UE desde dentro”, advierte Kuiper. Un espejo de lo que ya venía ocurriendo en las capitales, donde la extrema derecha ha sido progresivamente normalizada entrando en los Gobiernos y Parlamentos nacionales en prácticamente todos los países del bloque.

“Macron es el claro responsable de esta debacle política, por un avance electoral fruto de la soberbia y de serios errores de cálculo (…) El resultado de la primera vuelta es un rechazo contundente al macronismo, que ha sacrificado su propia mayoría, como sacrificó también la arquitectura política tradicional de la V República en aras a construir un gran centro político que él mismo ha acabado debilitando”. “El motor franco-alemán está en crisis. Macron y Scholz son líderes contestados internamente y en una Unión Europea de mayorías conservadoras”, dice Carmen Colomina, experta del CIDOB.

DE UCRANIA A SCHENGEN
A falta de que la segunda vuelta consolide cualquiera de los tres escenarios posibles: mayoría absoluta de Le Pen, bloqueo institucional o el escudo del frente republicano, el terremoto político en París pone a la UE en estado de alerta. Francia no es cualquier país, ni siquiera es la Italia que en 2018 se convirtió en el primer país fundador con un Gobierno euroescéptico el formado por la Liga y el Movimiento 5 Estrellas y que está ahora bajo el liderazgo de Giorgia Meloni.

Francia es uno de los dos pulmones del gigante europeo. Es un país fundador que selló la paz con Alemania bajo las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. Es un contribuyente neto de los presupuestos. Y es el único de los Veintisiete que tiene el botón nuclear y un sillón en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Le Pen, que cuenta con no pocas fotografías con Vladimir Putin, ya ha dejado claro que si gana el próximo domingo, habrá consecuencias para Ucrania. Quiere cancelar el envío de misiles de largo alcance o el de tropas destinadas a instruir a los soldados comandados por Volodimir Zelenski. También pone en jaque el espacio de libre circulación estableciendo controles fronterizos para los inmigrantes . “Macron está gravemente debilitado en su país, lo que también tendrá consecuencias para su posición en Bruselas y para la relación franco-alemana. Es evidente que ya no se trata de una posible salida francesa de la UE, sino del daño que un gobierno paralizado o un gobierno liderado por RN puede causar a las instituciones de la UE”, anticipa la analista Kuiper.

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