'mi diploma, mi libertad'
«Quiero seguir estudiando para llegar a ser ingeniero»
Rayan Rezzouk es uno de los 48 alumnos galardonados en la iniciativa 'Mi diploma, mi libertad', que premia el éxito académico de estudiantes de origen inmigrante
Diario Vasco, , 01-07-2024Rayan Rezzouk Belkoh tiene 16 años y vive en Beasain, donde ha finalizado los estudios de la ESO en el Instituto Txindoki. De padres marroquíes y nacido en Zumarraga, explica que «en casa siempre hemos hablado en árabe», por lo que el principal problema al empezar en la ikastola fue el idioma. «Todos mis compañeros de clase hablaban en euskera y en los primeros años me sentía algo perdido», confiesa este joven acerca de sus primeros pasos en la escuela. Sin embargo, esta barrera no fue un obstáculo para él y poco a poco, con la ayuda de varios profesores y de clases particulares, se esmeró hasta conseguir finalizar sus estudios de la ESO en euskera. ¿Su meta? Llegar a ser ingeniero.
Premiar el éxito académico del alumnado inmigrante de origen magrebí es el objetivo de la iniciativa ‘Mi diploma, mi libertad’, surgida en 2015 de la mano de la asociación Jatorkin Al-Nahda. En aquella primera edición, tan solo una persona participó en la entrega de títulos. Con el paso del tiempo, el acto ha ido ampliando horizontes hasta alcanzar los 17 alumnos el año pasado. La presente edición, celebrada este viernes en el campus de la UPV/EHU de Donostia, pulverizó los anteriores registros. «Invitamos a 48 alumnos y todos ellos recibieron su diploma de reconocimiento», cuenta Miriam Uzkudun, miembro de la asociación Jatorkin. En su opinión, estas cifras «reflejan el trabajo que venimos haciendo estos últimos años y, sobre todo, el esfuerzo de estos jóvenes».
Rayan Rezzouk es uno de los alumnos que recibió este viernes su diploma en el acto de Jatorkin, en su caso, por el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Cuando tenía siete años, su familia decidió mudarse a Beasain, un cambio que coincidió con una considerable mejora en el euskera de Rayan. «Una chica comenzó a darme clases particulares a los diez años y noté que mi nivel mejoraba bastante. Me enseñó formas de aprendizaje que me ayudaron mucho», explica el joven. Completó la Educación Primaria en el centro Alkartasuna Lizeoa de Beasain. Todo este proceso de interiorización del euskera permitió a Rayan alcanzar un nivel avanzado. Inició la ESO sin ninguna diferencia comunicativa respecto a sus compañeros, derribando por completo la barrera del idioma.
Ciencias en Bachillerato
Centrándose en su etapa en la ESO,, repartida entre los institutos Loinazpe y Txindoki de Beasain, admite que ha ido volviéndose más complicada con el paso de los años. «El primer curso se me hizo fácil, pero los siguientes han sido más exigentes y nos pedían más trabajo», cuenta Rayan. El joven nacido en Zumarraga agradece que ha tenido profesores y compañeros «muy buenos» que han hecho que se sienta «integrado en todo momento».
«En mis primeros años en la ikastola me sentí algo perdido por no saber el euskera, pero a los 10 años ya mejoré con las clases»
Rayan Rezzouk
Alumno de Beasain
Esta ayuda ha sido muy importante en el recientemente finalizado cuarto curso, un periodo en el que los alumnos deben escoger la modalidad de Bachillerato en la que continuarán su formaión. Rayan acudió a «profesores, orientadores y antiguos alumnos» en busca de consejos para dar el paso a la educación secundaria postobligatoria. Tras debatirlo con varias personasc de su entorno, tiene «muy claro» cuál va a ser el camino a seguir. «He optado por la rama científica, es una decisión importante pero estoy seguro de que esta es la que más me convence», asegura el joven.
En la familia Rezzouk Belkoh comparten pasión científica. «Mi madre es muy buena en matemáticas y en otras materias de la ciencia. Siempre me ha ayudado cuando no entendía algo y he aprendido mucho de ella», confiesa Rayan. Esa influencia, sumada a su inclinación por las asignaturas científicas le han hecho decantarse por esta modalidad de Bachillerato.
«Hemos pasado de premiar a 17 alumnos el año pasado a recibir a 48 personas tituladas en el presente curso»
Miriam Uzkudun
Asociación Jatorkin Al-Nahda
Aunque afirma estar muy contento con su rendimiento y con las notas obtenidas en la ESO, recalca que no se puede «relajar ahora que viene el Bachillerato». Rayan recuerda que ha trabajado duro para conseguir buenos resultados y que se siente «motivado» para continuar con su camino académico. «Me apasionan la tecnología y la informática. Quiero seguir aprendiendo y sobre todo centrarme en estos dos campos», especifica.
Con vistas a futuro, Rayan confiesa «tener dudas» respecto a la universidad, pero se aventura a predecir el campo en el que quiere desarrollar sus estudios superiores. «Todavía no estoy muy seguro, pero creo que voy a escoger una ingeniería. Tengo que decidir cuál, pero es algo que haré más adelante». Rayan parece tener medianamente claro su futuro académico, algo que no es muy habitual entre los jóvenes. Sobre este aspecto, Rayan se pronuncia y destaca la importancia de la dedicación. «Todo las personas deberían estudiar aquello que les apasiona. Por muy difícil que sea, con esfuerzo y motivación se puede conseguir cualquier cosa». Así, el joven recomienda «rodearse de personas con los mismos objetivos» para poder cumplir metas.
Jatorkin, 19 años de inclusión
La asociación Jatorkin Al-Nahda fue fundada en 2005 y su primer fin respondía a la necesidad de reconocimiento cultural de los países de los inmigrantes . A partir de 2011, según explica Miriam Uzkudun, Jatorkin «cambió de rumbo» y viró hacia iniciativas «más centradas en las personas». Desde entonces, la asociación trabaja para «garantizar la integración total del colectivo magrebí en nuestra sociedad», expresan desde esta asociación.
(Puede haber caducado)