La manifestación del Orgullo Crítico, una alternativa reivindicativa de valores anticapitalistas y antirracistas a los festejos oficiales del Orgullo Gay en Madrid, volverá a recorrer esta tarde las calles del centro de la capital bajo el lema «contra el genocidio y el lavado rosa colonial, aitrans-maribibollo radical». Una nueva edición marcada por la discrepancia en el seno del colectivo LGTB a causa de la presencia de zonas en las que «no está permitida la entrada a personas cishet(ero) ni a personas blancas».

Unas restricciones que han causado quejas por parte de distintos activistas del colectivo llegando incluso a interponer un recurso de amparo ante el Defensor del Pueblo. En dicho escrito, presentado ayer, aseguran que «se pretende llevar a cabo una segregación durante el evento», lo que consideran «contrario a los principios de igualdad y no discriminación de cualquier actividad pública en nuestro país».

El escrito, presentado por el presidente de Colega Melilla, Alejandro Chaib, asegura que «la decisión de imponer una segregación, ya sea por orientación sexual, identidad de género u otra característica, atenta directamente contra el espíritu inclusivo y de respeto que debe reinar en este tipo de eventos».

La presentación de este recurso de amparo se produjo horas después de que la página de Instagram del Orgullo Crítico publicase el orden y las especificidades de cada uno de los bloques que conformarán la marcha que partirá a las 20:00 de la glorieta de Bilbao. La polémica llega por las especificidades de los bloques «Racializado» y «Queering All», definidos como «no mixtos, es decir, no está permitida la entrada a personas cishet(ero) ni a personas blancas». Además, los organizadores insisten en que en estas zonas «está completamente prohibido realizar vídeos y/o fotos».

El primero de los bloques de la discordia, Queering All, se define como «una comunidad feminista LGTBIQ+» que llama a sus simpatizantes a manifestarse en el Orgullo Crítico «para luchar contra el genocidio, el pinkwashing colonial, la hegemonía heteronormativa, el racismo, el eurocentrismo, el autoritarismo y el colonialismo». Para formar parte, piden a sus simpatizantes rellenar un formulario de inscripción para recibir «un correo electrónico de confirmación con la información de la manifestación y el protocolo de seguridad». Además, recuerdan con letras mayúsculas que su espacio es «no cishet(ero) y exclusivamente (para la) diáspora china».

A continuación marchará el bautizado como «bloque racializado», con casi idénticas restricciones, salvo el origen chino y la preinscripción. «Está fuera de los Derechos Humanos y el sentido común. No podemos volver a la segregación», asegura Chaib, al tiempo que reivindica su identidad «mestiza».

Argumentos similares a los esgrimidos por otros detractores despertando un acalorado debate. Sus partidarios justifican la medida por la necesidad de «visibilizar» ciertos colectivos, porque en el colectivo LGTBI sigue habiendo «racismo, misoginia y transfobia» y porque «estos bloques sufrieron varios encontronazos desagradables».

Una confrontación que el Orgullo Crítico reconoció en un comunicado tras la marcha del año pasado, lamentando «el racismo» y «las violencias racistas que se han vivido durante la manifestación y los ataques al bloque racializado/migra(nte)» por parte de «personas blancas».

La marcha contará también con los bloques «disca» (para gente con diversidad funcional), «infancias», «arroasex» (asexuales y que no creen en el amor romántico), «trans en lucha», «gorde», «bollero», «fanfarria transfeminista», «bi»y «propalestina».