En el vibrante mundo del entretenimiento digital, pocas series han causado tanto revuelo como Élite, la serie de Netflix que ha capturado la atención de audiencias globales. En su sexta temporada, una nueva cara ha emergido para conquistar a sus espectadores: Ana Bokesa.

Nacida y criada en Madrid, la actriz siempre tuvo una gran pasión por la actuación: “Recuerdo mi etapa del colegio y de la adolescencia haciendo muchos castings para publicidad”, recuerda. De hecho, cuando terminó su etapa en el instituto se dio cuenta de que lo que realmente lo le llamaba la atención era la figuración, y ya no tanto hacer anuncios. “Fue en ese momento cuando empecé a investigar, a buscar agencias especializadas en representación de actores, no tanto de publicidad, sino ya de interpretación”, explica Bokesa.

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Ana consiguió pequeños papeles en series como Amar es para siempre o Centro Médico. Pero la gran oportunidad llegó cuando fue seleccionada para unirse al elenco de Élite. Su incorporación en esta última temporada ha sido un punto de inflexión en su carrera, permitiéndole mostrar su talento a una audiencia mucho más amplia. A una audiencia, de hecho, millonaria.

Su personaje (Rocío) ha calado muy rápido por el misterio que desprende: se trata de una alumna justiciera que hace frente al bullying, promueve la igualdad y reivindica la lucha contra el racismo. “En el casting para el personaje de Rocío me sentí bastante identificada y me gustó, me llamaba mucho la atención el poder transmitir y contar la historia de una chica negra en un colegio como es el de Élite, y que no se supiera si estaba becada o no, si era una chica adinerada… Pocas veces nos encontramos con un personaje racializado que estuviese a la altura de mis compañeros de reparto y eso me gustó”, declara.

Pero no es oro todo lo que reluce, ya que en el mundo de la interpretaciónlos momentos de crisis son inevitables. Y es que, antes de conseguir el papel de Rocío en esta conocida serie, Ana confiesa que estuvo a punto de tirar la toalla: “La interpretación es un mundo complicado en el que mantenerse y yo he estado muchos años intentándolo, haciendo castings en los que sentía que que tenía que especificar que era una actriz negra, y eso a la larga me restringía mucho las oportunidades. Sentí que estaba en un momento de crisis con la interpretación, tenía una relación un poco extraña, y decidí enfocarme en otros ámbitos”, explica.

Pero Élite le ha cambiado la vida. Para muchos actores, formar parte de la popular serie de Netflix es todo un sueño. “Es una fantasía trabajar allí, siempre agradeceré la oportunidad, es un gustazo el equipo técnico… No puedo poner ni media pega a todo el proceso”.
A pesar de la fama que atraviesa la joven, Ana ha sabido mantener los pies en la tierra: “He notado cosas, bastantes cosas, pero me lo he tomado con mucha calma porque al final, en esta profesión, nunca se sabe. Un día estás arriba y otro estás abajo”. Y es que a pesar de pasar a formar parte de este mundillo, Ana está aprendiendo a gestionar todo lo que le sucede: “Cada vez que me reconocen por la calle o que me paran para pedirme una foto me da mucha vergüenza, pero creo que lo disimulo bien”, dice a GRANMADRID entre carcajadas.

Aunque su papel en la serie ha sido un hito importante, Bokesa no se detiene aquí y es que, además de su faceta como actriz, ha puesto voz a uno de los personajes del audiolibro Viudas, jóvenes y ricas, que pude encontrarse en la plataforma Audible. Por todo esto, tiene una clara visión de hacia dónde ha de orientar su carrera y está ansiosa por explorar nuevos proyectos y personajes que le permitan seguir creciendo como actriz. “Me llamaría mucho la atención hacer algo policial, hacer algo distinto, explorar otros horizontes”, concluye.