Mor Camara, solicitante de asilo: «Quería cambiar mi vida, buscar un futuro»

El joven senegalés llegó hace dos años a Gran Canaria a bordo de una patera

Canarias 7, Sara Toj, 18-06-2024

«Quería cambiar mi vida, buscar un futuro mejor». Una de las vivencias más duras de Mor Camara, solicitante de asilo, comenzó hace dos años. El joven residía en un pequeño pueblo de Senegal, ubicado entre Mali y Gambia. Mientras trabajaba en la agricultura y estudiaba para ayudar a su familia, reflexionó sobre su realidad. «Veía la vida tan sacrificada de mi padre, trabajando de sol a sol, y sentía que cada vez trabajaba mucho más y ganaba menos», contó el joven. La sequía en su país hacía que fuera cada vez más complicado dedicarse al campo, así que cuando tenía 17 años, el joven le planteó a su padre la posibilidad de viajar hasta Europa. «Al principio me dijo que si era una broma», relató Mor en la presentación del ‘Informe Anual sobre las personas refugiadas en España y Europa’ elaborado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), que tuvo lugar ayer en el Cabildo de Gran Canaria.

Ante la negativa de su padre, el joven decidió apoyarse en su hermano mayor. Al principio, este le recomendó «paciencia», que sopesara bien las cosas, que valorara qué aspectos de su vida podía mejorar en su país natal para intentar que las cosas cambiaran sin tener que jugarse la vida. «¿Estás seguro de lo que vas a hacer?», le preguntó su hermano, y él, con temerosa determinación, le dijo que sí, que estaba pensando en cómo quería vivir el resto de su vida.

Mor recuerda a su hermano como su principal apoyo. Él fue el que le ayudó a conseguir el pasaje desde su pueblo hasta la capital senegalesa, Dakar. Con algunas de sus pertenencias, se trasladó hasta la ciudad para dar comienzo a su travesía, aquella que le cambiaría la vida.

Lo hizo sin decir nada, sin despedirse de su padre. Cuando su progenitor se dio cuenta de su ausencia, su hermano mayor tuvo que interceder y explicarle que su hermano pequeño había decidido mirar por su futuro, por una oportunidad. Fue en ese momento cuando su padre lo llamó. «¿Por qué no me dijiste nada?», preguntó. Mor, con la valentía que pudo, le explicó que se había marchado porque tenía que «luchar por su futuro».

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B. Hernández
Al ser menor de edad, Mor permaneció durante cuatro meses en Dakar a la espera de que su padre diera su autorización para sacarse el pasaporte que le permitiría viajar hasta El Aaiún.

Fueron numerosas las llamadas en las que Mor intentó, sin éxito, que su padre le diera el visto bueno, hasta que lo logró. «Tanto si te quedas en Senegal como si te vas, acuérdate siempre de mí, tienes mi bendición», le dijo su padre. En El Aaiún estuvo con un amigo de su hermano, con el que vivió junto a ocho personas más de Mali y Gambia en una casa. Durante ese tiempo, la policía se enteró de la intención que tenían de viajar en patera, y los echó del lugar y vivieron en la calle durante un tiempo.

«El amigo de mi hermano salía por las noches hacia el pueblo a comprar comida», recordó Mor. Y, una de esas noches, cuando regresó, este le dijo: «Prepárate, que esta noche salimos». Y así, tras idas y venidas, Mor se embarcó hacia su nuevo futuro.

«Yo nunca había visto el mar, tan grande, en mi pueblo no hay», recordó el joven. En la patera, que salió de noche, iban 45 personas. «Había mucha gente, también había niños y mujeres. Fuimos los primeros en entrar», relató Mor. Sin embargo, al amigo de su hermano no le dejaron embarcar porque ya había demasiadas personas. Tras dos días de travesía, desembarcaron en Gran Canaria.

Ya han pasado dos años desde que Mor arribó a las islas. Como era menor cuando llegó, residió durante siete meses en un centro de acogida ubicado en Moya, y también iba a clase. Al cumplir la mayoría de edad, vivió en un centro de acogida de Cear durante ocho meses. Allí conoció a «grandes personas» que le dieron la oportunidad que venía buscando. En la actualidad, con 19 años, trabaja en un centro de menores y es miembro de un equipo de fútbol. Cuando le preguntan si se iría a otro lugar de Europa, tiene claro que no: «Me gusta vivir aquí, quiero hacer mi vida aquí y lo que más me gusta es la gente».

Las solicitudes de asilo aumentan un 34% en Canarias con respecto al año pasado
Las solicitudes de protección internacional en Canarias han aumentado un 33,74% con respecto a 2022. Así, en 2023 se presentaron 8.621 peticiones. El 60% se ha producido en la provincia de Las Palmas, mientras que el 40% restante en Santa Cruz de Tenerife. Se trata de unos datos arrojados por el ‘Informe Anual sobre las personas refugiadas en España y Europa’ elaborado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear) presentado ayer en el Cabildo de Gran Canaria. La mayor parte de las personas solicitantes de asilo proceden de Venezuela, Colombia y Cuba, repitiendo la tónica del año anterior. Muy por detrás se encuentran aquellas hechas por ciudadanos que proceden de Senegal o Mali.

A nivel nacional, España se sitúa «a la cola de la Unión Europea» con respecto a la tasa de reconocimiento de asilo, como detalló el coordinador territorial de Cear Canarias, Juan Carlos Lorenzo. Según el informe de la organización, solo se han resuelto de manera favorable el 12% de las solicitudes en todo el territorio nacional, mientras que la media europea es del 42%.

A ello se suma el tiempo de espera para acceder a una cita para solicitar asilo. En el territorio nacional, una persona tiene que esperar, de media, nueve meses. «Si no se accede a la primera cita, luego no se puede acceder al sistema de protección de acogida y de integración, no puedes ser acogido como parte del sistema», apuntó Lorenzo. En el archipiélago, el tiempo de espera es de cuatro meses en Gran Canaria. La situación se complica en Tenerife, donde para pedir cita la espera se puede prolongar hasta 13 meses.

Desde la entidad destacan que la firma del Pacto sobre Migración y Asilo y el resultado de las elecciones europeas «marcan un antes y un después en los derechos de todas las personas». Desde la entidad apuntan que este pacto tendrá «consecuencias devastadoras», porque lo que busca es «reforzar el control de las fronteras» y tiene como eje principal «impedir que las personas lleguen, expulsándolas lo más rápido y sin apostar por vías legales y seguras». Por ello, desde la entidad se pide al Gobierno estatal que este pacto se implemente garantizando «los máximos estándares de protección».

En la presentación del informe elaborad por Cear también estuvieron presentes el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y el consejero de Solidaridad Internacional y Cooperación Institucional, Carmelo Ramírez.
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