La brecha que separa al Partido Popular y Vox cada día se abre un poco más. Este jueves lo hizo a raíz de una importante discrepancia en materia migratoria que ya se iba intuyendo en las últimas campañas electorales pero estalló definitivamente en el pleno del Congreso: los de Santiago Abascal se quedaron solos en su intento de frenar la regularización de medio millón de inmigrantes, motivo por el que acusaron al principal partido de la oposición de, con su voto de aprobación, fomentar un incremento en la “inseguridad” y el “efecto llamada”.

La enmienda a la totalidad de esta proposición de ley nacida de una iniciativa legislativa popular (ILP) que recogió 600.000 firmas únicamente contó con los 33 votos favorables de Vox, frente a los 315 en contra del resto de grupos parlamentarios, que acusaron a los de Abascal de “menospreciar” y “retorcer” una propuesta “respetable”.

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El PP, que ya se había mostrado favorable a la aprobación de esta medida, anunció que presentará una enmienda parcial para que se excluya de esta regularización extraordinaria a aquellos inmigrantes que previamente hayan cometido delitos, que sean reincidentes o que cuenten ya con una orden de expulsión. Y aprovechó el debate sobre el veto propuesto por Vox para arremeter contra el partido con el que comparten varios gobiernos territoriales: “Nos quieren imponer sus marcos”, reprochó la diputada popular Sofía Acedo, que criticó la “hipocresía” de Vox al “instrumentalizar” la inmigración en el plano electoral.

“Dejen de mentir, no subestimen a sus votantes”, lanzó la parlamentaria del PP en dirección a Vox. Poco antes, la diputada Rocío De Meer, encargada de defender la enmienda a la totalidad, había profundizado en las críticas que su partido ha vertido en lo últimos tiempos sobre la doble vara de medir del PP en materia migratoria: mientras en la campaña catalana promete luchar contra la inmigración ilegal, en el Congreso vota a favor de la regularización “masiva” de medio millón de personas, una cifra equivalente a la población “de Ávila, Segovia, Valladolid, Soria y Zamora juntas”, como concretó De Meer. “No son cuatro refugiados”.

“No se puede decir una cosa y votar la contraria”, recriminan en Vox sobre la actitud del PP. Así, mientras en Vox acusan al PP de fomentar el “efecto llamada”, el principal partido de la oposición reclama una inmigración “organizada y regular”, en equilibrio con el mercado laboral, al mismo tiempo que afea a los de Abascal hablar de “medidas grandilocuentes” y usar la “brocha gorda” a la hora de referirse a un asunto tan complejo.

DOBLE PORTAZO DEL PP A VOX
Sofía Acedo se refería a la vinculación que de forma habitual hace Vox entre inmigración ilegal e inseguridad en las calles, una tesis que ha defendido en las últimas campañas electorales en el País Vasco, Cataluña y Europa. De Meer, además, puso en duda que la llegada de inmigrantes responda siempre a que huyen de conflictos armados. “¿Qué guerra hay en Mauritania? ¿Qué guerra hay en Marruecos?”, se preguntó la parlamentaria de Vox desde la tribuna.

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En Vox dicen no tener ningún problema en quedarse solos en el Congreso, ya que, aseguran, permanecen al lado de los millones de españoles que denuncian una escalada de inseguridad en los barrios. Eso sí, lamentan cómo el PP ha desaprovechado “la última oportunidad” para evitar en el Congreso una regularización extraordinaria que “sólo generará efecto llamada e inseguridad”, explican fuentes de Vox.

El malestar en el seno de Vox es creciente, ya que el portazo que este jueves se llevó por parte del PP fue doble: los populares tampoco apoyaron la propuesta de reprobación a Yolanda Díaz presentada por Vox por sus “comentarios antisemitas”. El PP en este caso se abstuvo, una postura que sorprendió negativamente a la cúpula de Vox: “No comprendemos este nuevo balón de oxígeno del PP al Gobierno. Es incomprensible que no haya apoyado un texto que pide la reprobación de la ministra, la eliminación completa de los terroristas de Hamás y que expresa apoyo al pueblo de Israel”, lamentaron fuentes del partido.