Editorial

Una apuesta de alto riesgo

El adelanto electoral en Francia tras el batacazo de Macron el 9-J pretende frenar a la ultraderecha, pero puede facilitarle el Gobierno

Diario Vasco, , 13-06-2024

l preocupante, aunque esperado, crecimiento de la extrema derecha en las elecciones del pasado domingo reforzará su influencia en el Parlamento Europeo, del que dependen decisiones cruciales para la UE, y adquiere aún una mayor relevancia al concentrarse en las grandes potencias de la Unión, con Francia como principal foco. A la arrolladora victoria del Reagrupamiento Nacional (RN), de Marine Le Pen, ha respondido Emmanuel Macron con una apuesta de alto riesgo tan sorprendente como audaz y temeraria: el adelanto de las legislativas al 30 de junio y 7 de julio en una suerte de plebiscito con el que un achicharrado presidente aspira a frenar a los ultras cuando no dejan de ganar apoyos en las urnas, pero que en realidad puede conducirlos al Gobierno por primera vez desde la instauración de la V República en 1958.

Ese salto al vacío ha causado un terremoto político de incalculables consecuencias. No parece previsible un cambio sustancial en la orientación del voto en solo tres semanas. RN logró un 31,4% en las europeas, frente al humillante 14,6% de Renacimiento, el partido de Macron, que fue segundo. Sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el mandatario liberal sufre un agudo desgaste que no le sitúa en las mejores condiciones para remontar en un tiempo récord ante una extrema derecha al alza que ha maquillado sus rasgos más feroces y ha sido normalizada por amplias capas sociales. Quizás cuente con el vértigo ciudadano a un posible acceso al poder de Le Pen y con que el sistema de doble vuelta juega en contra de ella, aunque cada vez menos conforme deja de dar miedo.

La izquierda pretende crear un «frente popular» que sirva de dique a los ultras, pero los personalismos y las frontales diferencias entre los grupos más templados y los radicales euroescépticos de Jean-Luc Mélenchon amenazan su unión. La muy debilitada derecha tradicional está al borde de la fractura al plantear su líder, Éric Ciotti, una insólita alianza con el RN que rompería el ‘cordón sanitario’ en torno a esa fuerza y ha provocado un abrumador rechazo en las filas gaullistas, de las que fue expulsado ayer. Al ser reelegido para un último mandato, Macron se fijó la prioridad de frustrar el acceso de la extrema derecha al Elíseo en 2027. Ahora puede verse obligado a cohabitar durante tres años con un primer ministro de Le Pen en una Francia en la que avanzan los extremismos de uno y otro signo, sin que esté muy claro si el adelanto electoral los contendrá o les dará alas.

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