Los cinco centros de internamiento de inmigrantes de las Islas Canarias no dan más de sí. Hasta el sábado, las instalaciones acogían a 4.262 personas, cuatro de ellos menores, a los que hay que sumar los 432 indocumentados que llegaron el domingo a Tenerife y Gran Canaria y los 172 detectados ayer mismo. El colapso que afrontan estos centros obliga a llevar a los nuevos ‘sin papeles’ a instalaciones provisionales militares en desuso ubicadas en La Isleta (Gran Canaria) y Las Raíces (Tenerife), donde se alojan en tiendas de campaña del Ejército.

El número de inmigrantes irregulares llegados a Canarias en lo que va de 2006 a bordo de pateras o cayucos asciende a 18.199, cifra que cuadruplica prácticamente la de los 4.751 que arribaron en 2005, según datos facilitados por la Delegación del Gobierno.

Durante la jornada de ayer fueron detectados 172 inmigrantes más cuando se dirigían al archipiélago, en el que se repitió la demanda de más medios al Ejecutivo central. Mientras el Gobierno español reanudaba sus gestiones en África para recabar colaboración, en Canarias se confirmó ayer una nueva muerte de un inmigrante en su intento de alcanzar una vida mejor: la de un varón subsahariano hallado por voluntarios de Cruz Roja en el fondo de un cayuco que llegó el viernes a Gran Canaria con dos muertos más y 79 supervivientes, y en el que su cuerpo permaneció dos días sin ser descubierto.

Coalición Canaria, a través de su secretario de Organización, José Miguel Barragán demandó ayer «nuevas medidas extraordinarias y urgentes» al Gobierno central, al que acusó de «pasividad» frente a una inmigración que advierte «podría agravarse» por la buena situación climatológica.

Mientras, el secretario de organización del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Tenerife, Rafael Hernández, denunció que aproximadamente 800 inmigrantes, 50 de ellos menores de edad, se encontraban ayer «hacinados» en la Comisaría Sur de Tenerife. Además, afirmó que faltan medios y personal especializado para atender a los inmigrantes.

Enfermedades

Así, consideró que los funcionarios en contacto directo con los inmigrantes no poseen suficiente información sobre posibles enfermedades que puedan traer. Denunció también que los agentes policiales en la zona trabajan «hasta 70 horas a la semana» ante la llegada continua de cayucos a las islas tinerfeñas y relató las dificultades que encuentran para que les sean pagadas las dietas de manutención. «Los compañeros están mendigando para que paguen las dietas», aseguró.

Por otra parte, afirmó que el servicio policial especializado de Extranjería y científica «no es suficiente» para atender el gran número de inmigrantes ilegales que llegan a las islas tinerfeñas. Así, estimó que son necesarios entre 20 y 25 agentes más.