El cadáver de un subsahariano permanece tres días abandonado en el fondo de un cayucosin que nadie se percate de su presencia Tres días muerto, tres días sólo, tres días abandonado. Olvidado entre los olvidados. Voluntarios de Cruz Roja hallaron ayer el cadáver de un varón subsahariano en el fondo de un cayuco que llegó el viernes a Gran Canaria con dos muertos más y 79 supervivientes, quienes no alertaron entonces de que entre ellos había un tercer fallecido, que continuó tres días en la barca.


El hallazgo del cuerpo sin vida de este inmigrante se produjo por fin ayer cuando voluntarios de Cruz Roja se dirigieron hasta la embarcación en busca de chalecos salvavidas. El gran número de moscas que había en el cayuco alertaron de la presencia del cadáver.


El cuerpo pasó inadvertido el pasado viernes tanto para los servicios de emergencia que asistieron al resto de los ocupantes del cayuco a su llegada a Gran Canaria como para los inmigrantes, que no dijeron que, además de los dos compañeros de viaje que murieron en el intento de entrar en Europa vía Canarias, había otro más.


Las fuentes del instituto armado explicaron que cuando se produce la llegada de una patera o un cayuco a puerto, la prioridad de los servicios de emergencia que participan en este dispositivo es la asistencia a los ocupantes de las embarcaciones. Posteriormente, agregaron, se realiza una primera inspección de las barquillas, de las que se extraen los efectos personales de las personas que las ocupaban. Cuando las embarcaciones llegan a puerto en horas de la noche, estas inspecciones se han de realizar con escasas condiciones de visibilidad.


Sin embargo, el cayuco en el que venían los tres cadáveres de los inmigrantes subsaharianos fue rescatado a primeras horas de la tarde del pasado viernes a siete millas al sur de Gran Canaria por dos lanchas de Salvamento Marítimo y una patrullera de la Guardia Civil.


Los inmigrantes con vida fueron transbordados en alta mar a las embarcaciones de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo y posteriormente conducidos hasta el muelle de Arguineguín. Los cadáveres de dos inmigrantes llegaron después al mismo lugar, hasta el que fue remolcado, con ellos dentro, el cayuco en el que perdieron la vida.