El Gobierno sólo arranca a Senegal el permiso para patrullas conjuntas en busca de cayucos

ABC, 22-08-2006

C. MORCILLO

MADRID. Las patrulleras de la Guardia Civil son cada vez más internacionales, a la fuerza. Nuestras fronteras ya no están en el Estrecho y Canarias, sino que se han desplazado a Mauritania primero, y dentro de poco a Senegal, al ritmo impuesto por las avalanchas de inmigrantes que peregrinan en cayucos y pateras. Dos embarcaciones de altura de este Cuerpo y un helicóptero empezarán a patrullar las aguas senegalesas «en los próximos días» – el Ministerio del Interior no concretó fecha – con tripulaciones mixtas, pero financiadas sólo con fondos nacionales.

Esa es la única «respuesta urgente», en palabras del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a una «necesidad urgente» – 1.300 nuevos inmigrantes en un fin de semana, 18.000 en lo que va de año – , que ha logrado arrancar España durante la enésima ofensiva diplomática – policial del año. La otra baza, que le corresponde a la vicepresidenta De la Vega, como anunció Zapatero el sábado, es un proyecto.

«Sin contraprestaciones»

En principio, De la Vega se trasladará a Finlandia a partir del viernes para pedir a la UE más y más implicación, esa que llega con cuentagotas como en el caso del operativo Frontex, frente a la inmigración ilegal. No obstante, un portavoz de la oficina del primer ministro finlandés señaló ayer que las autoridades de ese país no han recibido ninguna comunicación oficial sobre el viaje, informa Ep, y que las únicas noticias las conocen a través de los medios de comunicación. El Gobierno había hecho público el viaje de De la Vega y la petición de más ayuda a la UE la semana pasada como medidas urgentes para paliar el problema.

El portavoz de la Comisión Europea de Justicia, Libertad y Seguridad, Friso Roscam, indicó por su parte que «por el momento España no ha pedido nada a Frontex para completar la misión actual en marcha.

El patrullaje es, sobre el papel, el único compromiso alcanzado por la delegación española que viajó ayer a Senegal y Mauritania, en una gira relámpago de 24 horas. Rubalcaba, consiguió en tiempo récord, «sin contraprestaciones», que el país africano que jamás firma convenios acepte este patrullaje. Pero no es la primera vez que Dakar incumple los acuerdos bilaterales o los tensa al máximo, como ocurrió con las repatriaciones (las canceló tras un motín en el aeropuerto) y recientemente con el dispositivo de control de fronteras de la UE (retrasó su respuesta afirmativa a España varias veces y no la ha rubricado de forma oficial).

Sólo horas antes de que Rubalcaba lograra el sí de Dakar, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, en declaraciones a la Ser admitía la nula colaboración del país africano y las tibias relaciones entre ambos Gobiernos. Y aún más: esperaba que el ministro lograra la autorización senegalesa para que el plan «Hera» (control de la UE) pudiera ponerse en marcha en sus aguas. Mientras, desde Interior se aseguraba que ese «acuerdo político» estaba cerrado desde hace días.

Sobre el papel de la Guardia Civil, algunos de cuyos miembros se han convertido en improvisados cascos azules en los últimos meses, sólo se ha concretado que será muy similar a la función que están desarrollando en Mauritania desde finales de mayo, es decir, embarcarán con gendarmes senegaleses con el fin de impedir la salida de piraguas de las costas de ese país. El director del Instituto Armado, Joan Mesquida, viaja hoy a Dakar para cerrar los detalles técnicos. No se ha decidido aún de dónde saldrán las dos patrulleras; no se ha concretado la financiación ni establecido la duración del dispositivo.

La Guardia Civil cuenta con una veintena de embarcaciones, medias y de altura, destinadas en zonas como el Estrecho, Canarias o Galicia. En Canarias, precisamente, no sobran a la vista de los 18.000 inmigrantes que han llegado en lo que va de año. Tampoco se sabe si este nuevo plan lo pagará España en solitario o habrá colaboración – la operación de Mauritania se presupuestó en unos 400.000 euros – ni hasta dónde podrán llegar los barcos para interceptar ilegales.

Según Interior, la vigilancia española se ha ofrecido ahora a Senegal porque el problema de la salida de piraguas se ha trasladado de Mauritania a los puertos senegaleses, de donde parte el grueso de la inmigración irregular que está tomando tierra en Canarias. El país africano tiene 700 kilómetros de costa y además se han detectado un centenar de puntos de salidad de piraguas.

Rubalcaba, que se reunió con el primer ministro senegalés, Macky Sall, y con su homólogo, Ousmane Ngom, agradeció a ambos haber aceptado esta reunión de urgencia. La portavoz de los populares en la Comisión de Interior, Alicia Sánchez Camacho, relacionó la iniciativa con el «plan África» que sirvió para «aumentar» la avalancha de inmigrantes en lugar de frenarla.
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