Joe Biden ha anunciado una orden ejecutiva que le permitirá cerrar temporalmente la frontera con México y suspender la recepción de solicitudes de asilo cuando el número de detenciones diarias de migrantes fuera de los puertos oficiales supere el umbral de 2.500 al día. La iniciativa dará a los agentes fronterizos la autoridad de deportar rápidamente a las personas que crucen de manera irregular sin darles oportunidad de presentar un caso de asilo. Se trata de la medida más restrictiva hasta la fecha de la actual administración, que entra en vigor inmediatamente porque, en estos momentos, el número de “encuentros fronterizos” (la denominación que reciben las detenciones en la frontera) es superior a esa cifra. Concretamente, en abril se dieron 4.200 arrestos diarios, la última cifra oficial disponible.

La firma de una orden ejecutiva permitirá al mandatario avanzar la ley por la vía rápida y superar el bloqueo del Congreso, donde demócratas y republicanos alcanzaron un pacto migratorio hace meses, pero fracasó por la intromisión de Donald Trump. Aunque ambos partidos están de acuerdo en reforzar la frontera y limitar las solicitudes de asilo –como la mayoría de estadounidenses, que sitúan la inmigración como primera prioridad en las encuestas–, ninguno quiere dar mérito al otro de la medida en este año electoral.

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JAVIER DE LA SOTILLA
Migrants, mostly from Venezuela, cross the Rio Bravo river with the intention of turning themselves in to the U.S. Border Patrol agents, as seen from Ciudad Juarez, Mexico September 21, 2023. REUTERS/Jose Luis Gonzalez
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JAVIER DE LA SOTILLA
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“En los últimos tres años, mientras el Congreso ha sido incapaz de actuar, el Presidente sí lo ha hecho para asegurar nuestra frontera”, ha señalado la Casa Blanca en un comunicado anunciando la medida, que firmará esta tarde desde la Casa Blanca junto a alcaldes de ciudades fronterizas del país. “Por eso anunciamos hoy medidas ejecutivas para impedir que los inmigrantes que crucen ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo. Estas acciones entrarán en vigor cuando los altos niveles de encuentros en la frontera sur superen nuestra capacidad de aplicar consecuencias oportunas, como es el caso actual. Facilitarán a los funcionarios de inmigración la expulsión de quienes carezcan de base legal para permanecer en el país y reducirán la carga de nuestros agentes de la Patrulla Fronteriza”.

El plan migratorio, el más restrictivo que habrá firmado un presidente demócrata en este siglo, recuerda a las medidas impulsadas durante el mandato de Trump. Biden emite la orden ejecutiva bajo la Sección 212 (f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que otorga a un presidente una amplia autoridad para bloquear la entrada al país de cualquier clase de inmigrantes que se considere “perjudicial para los intereses de Estados Unidos”. Se trata de la misma sección en la que se basó el republicano para promulgar en 2017 el “veto musulmán” durante su presidencia, con la que prohibió la inmigración y los viajes desde siete países de mayoría musulmana.

Cuando el número de detenciones en la frontera supere el umbral, EE.UU. podrá deportar inmediatamente a los nuevos migrantes, tal como ocurría antes de la expiración del Título 42, la orden sanitaria utilizada por Trump durante la pandemia para expulsar migrantes, que mantuvo Biden durante gran parte de su mandato, hasta que se levantó la emergencia nacional por coronavirus. El Título 42 se utilizó para deportar a unos 2,7 millones de personas desde el 2020.

Trump califica la orden ejecutiva de “amnistía” para los inmigrantes irregulares
Trump ha calificado la orden ejecutiva de “amnistía” para los inmigrantes irregulares, en un comunicado firmado por Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la campaña del expresidente republicano. “La invasión fronteriza y la delincuencia migratoria no cesarán hasta que el corrupto Joe Biden sea deportado de la Casa Blanca”, aseguró, insistiendo en su retórica apocalíptica que los “inmigrantes ilegales de Biden están asolando” el país con “una ola de criminalidad en todos los estados”.

Sus palabras carecen de evidencia estadística. Los casos de migrantes cometiendo delitos no superan en términos relativos a los casos de nativos estadounidenses. Un reciente estudio de los datos del Departamento de Seguridad Pública de Texas muestra que la tasa de condenas por homicidio en ese estado es de 2,4 por cada 100.000 inmigrantes ilegales, mientras que la de los nacidos en EE.UU. es de 2,8. Los inmigrantes que entraron legalmente al país mantienen la tasa de condenas más baja, de 1,1 por cada 100.000 personas.

Es probable que la orden ejecutiva de Biden se encuentre con trabas legales en los próximos meses, ya sea por denuncias de estados liderados por republicanos, críticos con la propuesta al considerarla blanda, o de organizaciones de derechos humanos, que ven en ella un ataque al derecho al asilo de los migrantes.

Biden felicitó ayer a Claudia Sheinbaum y se comprometió a “impulsar los valores e intereses de ambas naciones”
La orden ejecutiva de Biden confirma el giro hacia la derecha desde el comienzo de su administración, arrastrado por la retórica de su rival en los comicios de noviembre y por el aumento del número de inmigrantes. Los “encuentros fronterizos” han batido récords durante cada uno de los tres años de mandato de Biden. Concretamente, 1,73 millones en 2021, 2,37 millones en 2022 y 2,47 millones en 2023, según cifras del Departamento de Seguridad Nacional. Estos datos, muy superiores al pico de un millón durante el mandato de Trump, son, junto con su vejez y sus lapsus, la gran losa que entorpece su camino hacia la reelección en noviembre.

Se calcula que en estos momentos hay unos dos millones de personas, la mayoría en territorio estadounidense, esperando que se procese su solicitud de asilo. La actual administración está tratando que estas solicitudes se hagan desde el país de origen y a través de una aplicación móvil. Sin embargo, los migrantes desesperados que huyen de la violencia o la persecución política no pueden esperar en origen y cruzan la frontera, lo que obliga a EE.UU. a procesar unas 1.500 solicitudes de asilo en la frontera cada día.

La decisión de Biden llega dos días después de la elección por abrumadora mayoría de la progresista Claudia Sheinbaum como presidenta de México, con quien EE.UU. deberá cooperar para gestionar el flujo migratorio. La orden ejecutiva da una autoridad superior a Biden para limitar de manera unilateral la entrada de buscadores de asilo. El presidente felicitó el lunes a la sucesora de Andrés Manuel López Obrador, y ambos mantuvieron una llamada telefónica, después de la cual Biden se comprometió a "impulsar los valores e intereses de ambas naciones para el beneficio de nuestros pueblos”.