Getxo debate sus inseguridades A raíz del crimen de hace una semana, se ha intensificado en el municipio la alarma por la delincuencia: «Hay malestar y miedo»
El Correo, , 03-06-2024Hace días que el nombre de Getxo parece tener hueco fijo en las páginas de sucesos. El municipio de la margen derecha ha sido escenario del hecho violento más grave de los últimos meses en Bizkaia –el homicidio a cuchilladas de Juan Felipe García, de origen colombiano y 23 años– y, aunque se trate de un caso desvinculado de lo que podríamos llamar la ‘delincuencia de todos los días’, muchos vecinos han reaccionado denunciando una sensación de inseguridad que se ha vuelto cotidiana. Estos días, basta darse un paseo por Algorta para detectar esa preocupación, que se manifiesta de manera particularmente acusada en los padres de menores y en las personas de más edad: «A mí me da miedo salir sola a la calle, voy mirando por si acaso», resume una señora, haciendo propio un comentario que hace algunos años habría resultado chocante en el tranquilo oasis de Algorta, pero en los últimos tiempos se ha vuelto relativamente habitual.
¿Está justificada esta alarma? Como sucede a menudo con la criminalidad, las sensaciones de la población no siempre se ciñen del todo a la matemática. Si atendemos a las infracciones penales tramitadas por la Ertzaintza a lo largo del año pasado, comprobaremos que Getxo presenta una tasa marcadamente inferior a la de otros municipios de gran tamaño: en torno a 35 casos por mil habitantes, frente a los 65 de Bilbao, los 57 de Erandio, los 54 de Barakaldo o los 44 de Portugalete. Pero en esas mismas tablas se pueden encontrar posibles detonantes de la inquietud. Según el balance que suma las actuaciones de la Ertzaintza y la Policía local, en 2023 se registraron 30 delitos contra la libertad sexual (un 50% más que el año anterior) y 140 robos con violencia o intimidación (una subida del 22,8%), dos tipologías que influyen especialmente en la percepción de los ciudadanos sobre su seguridad. En el primer trimestre de este año, según las tablas del Ministerio del Interior, se han producido más robos de esas características (20) y más delitos de lesiones o riñas tumultuarias (12) que en el mismo periodo de cualquiera de los siete ejercicios anteriores.
Justos por pecadores
Más allá de las peleas en las que salen a relucir las navajas, algunos sucesos recientes han potenciado esa sensación de vulnerabilidad. Un ejemplo claro fue el arresto de un hombre por besar en la boca a una niña de 4 años –entre otras agresiones– en plena Plaza de San Nicolás, pero también hay casos menos difundidos como el ocurrido a mediados de marzo, cuando un hombre mayor fue asaltado con arma blanca por un menor en la playa de Ereaga y, asustado, se metió en el mar para huir y sufrió una hipotermia. A partir de esa extendida sensación de inseguridad, han ido abriéndose grietas en lo que la alcaldesa, Amaia Agirre, del PNV, denomina «un municipio de convivencia». A raíz del asesinato de Juan Felipe García y los bulos que circularon después sobre la participación de jóvenes norteafricanos, la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Getxo ya alertó de la posibilidad de que se produjesen enfoques xenófobos del problema, y estos días se acomete la delicada tarea de definir cuál es la frontera entre una descripción certera de la situación y la injusticia de generalizar a las bravas y tomar a justos por pecadores, con los magrebíes sin hogar en el centro de la discusión. La situación se enconó en el pleno municipal del jueves, cuando el PP culpó a «inmigrantes irregulares» de estar detrás de la delincuencia y EH Bildu y Elkarrekin Podemos les acusaron de «racistas» y de asumir el discurso de Vox. En la concentración que se celebró ese mismo día por la tarde, algunos corrillos expresaban opiniones de turbadora radicalidad.
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En este ambiente enrarecido, el debate sobre las inseguridades del municipio –la real y la percibida– se ha vuelto aún más complicado. La propia alcaldesa ha declinado tratar el tema para este reportaje, mientras que la plataforma vecinal Getxoko Auzokideok, aparte de expresar su lógica solidaridad hacia la familia del joven asesinado, se ha ceñido a un mensaje consensuado de ocho palabras: «En contra del circo político y mediático desatado». En Getxo Enpresa, la asociación de empresas, hostelería y comercios, la gerente explica que algunos propietarios de negocios de Algorta sí han declarado «un incremento en el número de robos en los últimos meses», pero a la vez contextualiza esta situación: «Getxo siempre se ha caracterizado por ser un municipio seguro y, en nuestra opinión y por los datos de que disponemos, podemos afirmar que continúa siéndolo», concluye Nuria Ruiz de Hilla.
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¿Y qué hay de los demás grupos políticos con representación en el Ayuntamiento? Eduardo Andrade, del PP, se remite a sus manifestaciones del pleno: «No estamos en contra de la inmigración ni de todos los inmigrantes, sino de unos concretos que han venido a Getxo a robar», sostuvo entonces. «Nosotros reclamamos mayor presencia policial con más medios, como táser y cámaras corporales, además de pedir refuerzos de la Ertzaintza y que los juzgados apliquen la prisión preventiva, que se puede promover por la alarma social generada», añade a modo de comentario. En EH Bildu, por su parte, se revuelven contra esos planteamientos: «Equiparar delincuencia e inmigración es un discurso peligroso, racista e irresponsable, que puede contribuir a aumentar la violencia y la crispación en el pueblo», replica Mikel Bildosola, que reitera el compromiso para buscar «una solución al problema de la inseguridad».
«No todo es policía»
Tanto Xabier Benito, de Elkarrekin Podemos, como Carmen Díaz, del PSE, recuerdan que, según los datos, Getxo sigue siendo un municipio seguro en comparación con otros, pero también destacan la necesidad de dar respuesta a la sensación creciente de inseguridad que se ha implantado entre los vecinos. «Hay malestar y miedo que tenemos que atender desde la prudencia y la responsabilidad», matiza la representante socialista, que sostiene que «no todo se puede resolver con medidas policiales». ¿A qué se refiere? «Uno de los problemas importantes es la desigualdad grave que hace que muchas personas se encuentren en situación de calle, mayoritariamente en Bilbao, Barakaldo y Getxo. Necesitamos acción y colaboración institucional, para tener itinerarios de inclusión justos, y una justicia más eficaz, para quienes cometen delitos y a las pocas horas vuelven a estar en la calle», destaca Díaz.
También Benito discrepa de la vía policial: «Ya contamos con una plantilla suficiente y bien formada. Creemos que la solución pasa por un mayor trabajo de prevención en seguridad», afirma. Además, hace hincapié en que las quejas vecinales se aglutinan especialmente en las zonas de ocio nocturno: «Creemos que no ha habido una buena planificación por parte del Ayuntamiento del uso del espacio público».
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