La campaña vasca del 9-J se inició anoche con un hilo conductor común: el rechazo expreso a una marea de ultraderecha, cuyo despegue se teme como principal amenaza para el proyecto europeo. Tanto el PNV como EH Bildu –ambos en coaliciones con otras formaciones nacionalistas– como el PSE, Podemos y Sumar coincidieron ayer en hacer un llamamiento al electorado para vencer la desafección hacia las urnas para impedir un tsunami populista, que consideran una amenaza a la democracia liberal. Incluso los nacionalistas vascos han amortiguado su tono más beligerante a partir de un cuadro de situación que podría resumirse con el refrán ‘Virgencita virgencita, que me quede como estoy’. Más vale lo malo conocido. El PP, a su vez, quiere convertir estos comicios en un plebiscito contra Pedro Sánchez. Nada nuevo.

El PNV, a través de su candidata Oihane Agirregoitia, que sustituye a Izaskun Bilbao, abrió la campaña en Hondarribia con un mensaje en el que reivindicó su tradición democrática como partido que participó en la fundación democrática del proyecto europeo y como una formación comprometida de forma tajante contra cualquier populismo de derecha o de izquierda. El PNV plantea como lema ‘Tu voz importa’ y exige que Euskadi tenga ‘voz propia’ en Europa. Los jeltzales van en una entente con los nacionalistas canarios y afrontan el reto de obtener representación y recuperar voto fugado a la abstención en las últimas consultas electorales.

EH Bildu, cuyo candidato vuelve a ser Pernando Barrena, reclamó también su apuesta por una Europa más social frente al retroceso que puede acarrear una subida de la extrema derecha, ante cuyo avance advirtió que hay que estar muy alertas para no caer en una ‘involución’ antidemocrática. La lista la encabeza un histórico, Pernando Barrena, y va en coalición con ERC, con el BNG y una formación nacionalista balear.

«Los socios del PP empuñan la motosierra, el aplauso a los recortes, el desprecio al diferente y de quien menos tiene»
Idoia Mendia

Candidata del PSE

EH Bildu advierte que estas próximas elecciones europeas «se celebrarán en el contexto de un gran auge de la extrema derecha y del belicismo, en medio de una crisis del proyecto europeo, en un contexto de deterioro de las condiciones de vida de los sectores populares y de negación de los derechos de los pueblos», por lo que consideró de especial importancia «presentarnos con mensajes y objetivos claros: proclamar que somos un pueblo, defender los derechos de los pueblos sin estado, hacer frente a la ola de autoritarismo y fascismo que se extiende por Europa frente a los llamamientos al militarismo y a la guerra, reivindicar la paz y la soberanía de los pueblos y lanzar un llamamiento a las vidas dignas y a la justicia social para que la voz de Euskal Herria se oiga en Europa».

Polarización Sánchez-Feijóo
Los socialistas vascos comparten de pleno la apuesta del PSOE que abandera la vicepresidenta tercera del Ejecutivo, Teresa Ribera, en una plancha en la que la exvicelehendakari segunda, Idoia Mendia, figura como número diez. El PSE quiere hacer precisamente un llamamiento a la participación de todo el electorado progresista para que se convierta en un muro de contención del populismo extremista y garantizar que Europa siga siendo un modelo basado en dos premisas: sociedad de bienestar y derechos y libertades. De paso, su pretensión es convertir las europeas en una especie de segunda vuelta de los comicios generales del pasado 23 de julio y transformar la cita en un pulso entre Sánchez y Núñez Feijóo, lo que a su vez intenta atraer a votantes de Sumar y de Podemos.

«Marcaremos el rumbo de la Europa más social y más justa que necesitamos y lo haremos también desde Euskadi»
Andeka Larrea

Candidato de Sumar

El PP que lidera Dolors Montserrat, con Carlos Iturgaiz en el número 24 de la lista, quiere convertir estas elecciones en un nuevo referéndum de castigo al Gobierno de Sánchez que acelere las contradicciones de sus aliados y precipite su final. Para ello, la consigna de los populares vascos es hacer un llamamiento para concentrar todo el voto de centroderecha en las siglas del PP para así ‘pinchar’ a Vox y arrebatar votos descontentos de PNV y PSE. El verdadero talón de Aquiles de la derecha democrática vendrá después de los comicios. Los populares tendrán que optar por reeditar su alianza tradicional con los socialistas y los liberales deberán iniciar el camino de un pacto con la ultraderecha que amenaza con desestabilizar este espacio ideológico. Un dilema perverso que visualiza la propia presidenta de la Comisión Ursulena Von der Leyen, favorable al entendimiento con los ultras. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cargó ayer en tromba contra Sánchez al que acusó, directamente, de favorecer a ETA y a Hamás por su política de alianzas en el ámbito interno español e internacional, tras el anuncio de reconocimiento de Palestina. Tanto Sumar –con Estrella Galán como número uno– como Podemos –con Irene Montero– intentan presevar su respectivo espacio electoral en el mundo de la izquierda social más reivindicativa después de los últimos reveses electorales. Y Vox, en cuya décima posición figura la parlamentaria vasca Amaia Martínez, lanzó un discurso en clave soberanista española frente a quienes, a su juicio, amenazan con «la disolución de España como nación». Todas las piezas están ya sobre el tablero.