Keir Starmer relanza el 'nuevo laborismo' con seis promesas electorales
El líder de la oposición promete devolver "estabilidad política" al Reino Unido
El Mundo, , 17-05-2024El líder de la oposición laborista Keir Starmer ha dado a bombo y platillo sus primeros pasos hacia Downing Street arropado por su gabinete en la sombra y tendiendo la mano de su partido a “la gente razonable y tolerante”, siguiendo cautelosamente la estela de Tony Blair en su giro hacia el centro político con el nuevo laborismo.
Tres días después de que el premier conservador Rishi Sunak agitara el factor miedo y la amenaza de Putin para justificar su permanencia en el poder, Starmer ha esbozado sus seis promesas para la cita con las urnas del otoño del 2024, a modo de salva electoral.
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“Es difícil creer lo que estoy diciendo, pero la estabilidad [política] es un verdadero cambio, y ese va a ser nuestro primer paso”, ha declarado el líder laborista. “Vamos a poner fin a estos 14 años de fracasos que han traído el caos y la división a nuestro país. No nos perdonarán si no estamos preparados desde el primer día si tenemos el privilegio de ser elegidos”. Tras la estabilidad política, Starmer ha prometido la “estabilidad económica”, aunque su aspirante a secretaria del Tesoro, Rachel Reeves, ha reconocido que se trata de un objetivo que “nos puede llevar toda una década de renovación”.
La tercera promesa ha sido la inversión en la sanidad pública y un severo recorte en las listas de espera del Servicio Nacional de Salud (NHS). La cuarta oferta electoral, acaso la más ambiciosa, fue la creación de Great British Energy, una compañía estatal de energía, con la finalidad de bajar el precio de la factura de la luz, impulsar las renovables y avanzar hacia el objetivo de cero neto gases de efecto invernadero.
La quinta promesa ha sido acabar con el “comportamiento antisocial” y con la escalada de delincuencia de la última década, con la contratación de 13.000 policías de barrio, la creación de un centenar de hubs para la población juvenil y la aprobación de leyes más estrictas contra la violencia hacia las mujeres. Sexta y última misión: la apuesta por la educación pública y la contratación de 6.500 nuevos profesores.
Starmer ha dejado conscientemente fuera el tema candente de la inmigración, al que ya hizo referencia la semana pasada en su discurso en Dover, anunciando la cancelación del plan para deportar a Ruanda a refugiados pendientes de la solicitud de asilo y el impulso de nuevas medidas para criminalizar y atajar a las redes de tráfico humano con la colaboración de otros países europeos.
El laborista aplazó también para otra ocasión la política exterior: “No voy a hacer promesas antes de las elecciones si no estoy convencido de que podemos cumplirlas”. Subiéndose las mangas de camisa y mostrando tarjetas con cada una de sus promesas, su puesta en escena fue de inmediato comparada con una aparición similar de Tony Blair en la antesala de las elecciones de 1997. “Lo primero que puedo decir de Tony Blair es que, aparte de quitarse la corbata, fue capaz de ganar tres elecciones consecutivas”, se desquitó Starmer.
“La gente debería tomarse con una enorme pizca de sal las promesas de Starmer”, replicó el presidente del Partido Conservador, Richard Holden. “Hasta ahora no ha hecho más que enterrar todas las promesas que hizo cuando fue elegido líder laborista, sin olvidarnos de que antes intentó que Jeremy Corbyn fuera nuestro primer ministro”.
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