Crisis inmigratoria en Canarias

La Voz de Galicia, 21-08-2006

(Firma: | YASHMINA SHAWKI |)

NO HAN SIDO capturados a la fuerza ni van a ser vendidos como esclavos, pero su aventura en los cayucos a través de las procelosas aguas del océano Atlántico recuerda, en cierta medida, los viajes a los que se vieron forzados los africanos hasta finales del siglo XIX. Si en aquella época los arrancaban de sus hogares, les ponían grilletes y los obligaban a permanecer hacinados en bodegas sin ventilación y mal alimentados, ahora se embarcan ellos voluntariamente, también apelotonados, si bien al aire libre, pagando a precios prohibitivos un pasaje hacia un futuro totalmente incierto aunque aparezca lleno de esperanza.


Pero esa esperanza, obligada por la necesidad, no se corresponde, en absoluto, con la realidad con la que se encuentran al llegar. Si no se les devuelve a su país se les deja libres, sin trabajo ni asistencia, transformándose en un problema de seguridad para nuestras ciudades al permitirles trapichear con todo tipo de mercancías para sobrevivir.


Cada día aumenta la cuenta de africanos que llegan a las costas canarias y no parece que el Gobierno español sea capaz ni de frenar una inmigración con la que no podemos dejar de solidarizarnos, pero que tampoco debemos aceptar sin más, ni de dar una solución a una comunidad autónoma absolutamente colapsada. En primer lugar, porque no hay espacio físico para albergar a tanta gente que llega. En segundo lugar, porque no hay recursos económicos suficientes para alimentarlos y vestirlos. Más aun, resulta un agravio comparativo para con los españoles realmente necesitados y a los que no se les está prestando la asistencia debida, comenzando por los ancianos. En tercer lugar, porque los medios existentes no se utilizan para impedir que esos cayucos salgan de sus puertos de origen, sino para rescatarlos y traerlos a territorio español.


No bastan las buenas palabras y los discursos de aliento, alabando la solidaridad de un pueblo. Se necesita mucho más que la serie de medidas que se implementarán en base a los acuerdos alcanzados en la conferencia euroafricana. Estas sólo son una cortina de humo que ocultará parcialmente un problema que no se está atajando y que amenaza con una grave crisis humana a las islas Canarias.

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